PUEDE LA GUERRA TRAER PAZ?

En el siglo 20 entre la primera y segunda guerras mundiales alrededor de 100 millones de personas que han sido sacrificados. Eso es sólo dos guerras y estamos muy conscientes, de que había muchas más guerras, además de las dos guerras mundiales, donde cientos de miles, si no millones también fueron asesinados en ese mismo siglo. En la primera década del siglo 21, nuestro apetito por la guerra aún no ha amainado. Debemos hacernos la pregunta, ¿qué tiene que ver todo esto la pérdida de vidas nos ganó. ¿Hemos aprendido alguna lección sobre la guerra en el siglo pasado? ¿Cuál es el propósito de la guerra, es que deje que otros sean más violentos, o es el fin de la guerra de tener perpetua guerra? La guerra que acabará con todas las guerras todavía está en ciernes, ya que hasta ahora, la guerra sólo nos ha traído más guerra. ¿Es el momento para mirar la un enfoque más civilizado para resolver los problemas humanos y los conflictos? Pero lo que sería este nuevo paradigma, y que defendería una idea tan radical.
Cada acción tiene una reacción. Cada causa tiene un efecto. En un mundo donde la auto - preservación y auto - interés están en el centro de la naturaleza y la actividad humana, es la dificultad de visualizar cualquier escenario en el que la guerra puede ser abandonado por una nueva manera de resolver nuestras diferencias. Una forma de que tal vez nuestros más grandes pensadores del planeta no han pensado todavía. Se cree que las causas fundamentales de las guerras se remontan a dos fuentes principales, la economía y la religión. Si nos fijamos en las guerras en el mundo de hoy que no estaría de acuerdo. Bankee Moon, Secretario General de las Naciones Unidas, dijo recientemente en la Asamblea General de las Naciones Unidas ", que parece que el mundo se está cayendo a pedazos", y su tono era de absoluta impotencia. ¿Te imaginas una asamblea de hombres civilizados y naciones que no pueden encontrar otra manera de resolver el conflicto mundial y debe necesariamente, en última instancia, recurrir a la forma más bárbara de la inhumanidad del hombre hacia el hombre. ¿Quién puede culpar a Bankee Luna por mirar tan completamente confundido cuando hizo esa declaración?
¿Qué puede detener la guerra? ¿Qué va a traer la paz? Hay tantas respuestas a estas preguntas ya que la gente perder la vida todos los días. Por ejemplo, hemos oído que si podíamos llevar la justicia económica para el mundo, o acabar con el racismo, la libertad religiosa; desarrollo de los países en que las personas están siendo oprimidos y vulnerables. Hemos escuchado menos odio, más amor, compasión, igualdad de oportunidades y hay muchas más razones por las que creemos que podemos detener las guerras. Si bien todo lo anterior sería recorrer un largo camino para aliviar algunos de los problemas crónicos y endémicas en el mundo, en cierta medida todas estas soluciones han sido probadas en un país u otro en un momento u otro. Y hoy seguimos teniendo guerras, rumores de guerras, y aún más terribles guerras a causa del alcance del arsenal militar que está disponible para cualquier persona que tenga el dinero para comprar.
En alguna parte de la Biblia está escrito, que no es simplemente interpretar, sólo la falta de auto "hay mayor amor que el que iba a dar su vida por su hermano." - Interés y auto - beneficio podría traer la paz duradera. Si dos hombres están sentados en lados opuestos de la tabla tienen auto - interés como punto de partida, ¿cómo pueden esperar tener una solución que requeriría interés común. Esto no es sólo resolver dentro del paradigma actual. Einstien dijo que no se puede resolver un problema en el nivel del problema. Por lo tanto, se llevará a líderes que pueden evolucionar más allá del concepto de que la guerra puede traer la paz, o soluciones para conducirnos fuera de la visión del mundo miope actual que prevaleció en el siglo 20. Tenemos que encontrar una manera de compartir este planeta abundante.

THE TURTLE POLICE una fabula moderna.

Érase una vez, en un muy, muy lejana aldea llamada Des Barras, hubo guerra entre los animales y las personas. Los animales habían vivido en Des Barras, bajo el amparo de la gran montaña la Sorciére por muchos, muchos años antes de que llegaran a la gente. Vivían en paz y equilibrio, aunque a menudo había peleas entre Mongoose y Snake y todos los demás, sobre el robo de huevos.
La gente vino hace sólo un par de cientos de años, pero una vez que llegaron, cambiaron todo. En primer lugar, cortaron los bosques en los valles, hasta los árboles cerca de los ríos, y plantaron cultivos, no para comer, sino para vender. Esto obligó a muchos de los animales en los valles de huir a las colinas, resultando en aún más peleas entre los animales. Entonces, cuando los oscuros y los ligeros empezaron a reñir, como Snake y Mongoose, los oscuros huyeron hacia el bosque y ahí es cuando realmente empezó problemas. Los oscuros queman el bosque para hacer espacio para sus jardines y los ligeros vendrían y quemar los jardines. Durante casi 200 años continuó así. Incluso después de los oscuros y los ligeros dejó de luchar, continuaron limpiando el bosque.
Los animales terrestres y las aves aprendieron a vivir con ella. Algunos fueron más en el bosque, mientras que otros lograron que viven cerca de los seres humanos, incluso comer sus sobras y aprender a adaptarse a ellos. A pesar de que era difícil, los animales sabían que todas las criaturas tenían que vivir juntos y compartir. Pero incluso entonces, la gente parecía estar tomando más de su cuota justa.
Los animales se sintieron especialmente mal por las tortugas. Las tortugas laúd vivieron en el mar y no pudieron quedarse para proteger sus huevos de los depredadores. Los animales podrían verlos salir con lágrimas en los ojos después de enterrar sus huevos. Dentro de unas semanas, los chicos de la aldea descenderían en Grande Anse, la gran playa debajo del pueblo y saquear los huevos de tortuga.
Entonces, un día, parecía que las personas se dieron cuenta de que la quema de la selva sólo les haría daño. Un gran hombre entre la gente llama Gabriel 'Coco' Charles ayudó a las personas a entender que tienen que replantar el bosque y ayudar a los animales para sobrevivir. En pocos años, la isla tenía casi tanto bosque en que lo hizo ante el pueblo empezaron a quemar abajo.
Por desgracia, mientras que las personas aprendieron a respetar el bosque, todavía amaban huevos de tortuga. Coco Charles murió antes de que él enseñó a la gente que las tortugas que nacen en esa playa tenían que crecer porque sólo ellos regresarían a la playa para poner nuevos huevos de tortuga. Si el pueblo comió todos los huevos en Grande Anse, no habría más Grande Anse tortugas laúd.
Parecía que todo estaba perdido.
Pero entonces, un grupo de amantes de la naturaleza de la St Lucia National Trust y el Departamento Forestal se reunieron para tratar de enseñar a la gente cómo amar a las tortugas más que los huevos. Ellos organizaron tortuga viendo campamentos donde los niños pudieron ver las tortugas laúd gigantes de cerca y los padres pudieron ver las lágrimas en los ojos de la tortuga baula madre mientras ella se escabulló hacia el mar.
Los muchachos de la aldea odiaban a los amantes de la tortuga al principio, pero después de un rato, llegaron a entender por qué los amantes de la tortuga tortugas amaban tanto. Los gigantes eran suaves. Y no sólo eso - que eran especiales, porque cada vez que era hora de poner huevos, los nacidos aquí volveríamos aquí no importa en qué lugar del mundo se encuentren.
Y así, cuando los amantes de la tortuga, preocupados por que protegería a los huevos de tortuga cuando estaban lejos, los chicos del pueblo se puso de pie y dijo: ". Nosotros" Como recompensa por sus servicios, el gobierno les dio licencias para llevar a cabo reloj tortuga tours y ahora el pueblo es más feliz, más pacífico y más próspero de lo que ha estado alguna vez en los 200 años de la guerra y la pobreza.
Así es como los cazadores de tortugas se convirtieron en la policía de tortugas en la pequeña localidad de Des Barras. Por eso, hoy, tortugas llorar, no porque tienen miedo de sus crías, sino porque tienen la esperanza de que, un día, se los volverá a ver.