Carta de experiencia:
Por medio de esta carta expondré
mi experiencia vivida en mi recorrido por el estudio del Doctorado en Psicología
y Neurociencias de esta institución educativa. El haber apostado y decir si,
fue un gran reto, pues fue volverme a empapar de lo que es una vida de
estudiante en todos los aspectos: desveladas, posponer la convivencia con
amigos y familiares, momentos de estudio profundo con autores en los que indagué, confronté y leí varias
veces para lograr entenderlos desde sus referentes, épocas y enfoques, así como
el interpretarlos en mí presente. Pues solo así fue como logre aprender y
entender lo que ese autor me puede aportar en mi propia vida personal y
profesional.
Ahora
detenerme y mirar el camino recorrido me alienta en decir que el aprendizaje
nunca termina, solo cuando se deja de tener existencia en este mundo es cuando
se deja de aprender y desaprender, por tanto, cada instante me deja una nueva
experiencia y reto a la vez, del cual yo decido como lo enfrento y apropio a mi
historia.
Me sorprende
escuchar decir de mis conocidos, como es posible que a mi edad ya tenga este
nivel de estudios, debería de ser anciana para ser merecedora de un título de
Doctorado. Desde mi forma de pensar, el físico y la madurez no es lo único que
describe la inteligencia y el conocimiento de mi persona, sino también, la
lucha y entrega por ser mejor persona para los míos y las personas que me piden
ayuda, que, sin ellas, todo este bagaje de conocimientos y experiencia
profesional no tendría sentido, que por consecuente, ellos son los que me hacen
ser merecedora de este título.
Para concluir
agradezco a Dios y a esta Institución que me abrió las puertas para pulirme
más, romper y trasformar ideologías para generar una mente más libre. Y
comprender un poco más la grandeza y la capacidad que tiene el ser humano de
estudiarse a sí mismo, desde su si mismo.
– Marcela Yaneth Jimémez Urzúa