Facultad de Humanidades y Estudios Sociales

Aunque la pandemia ha interrumpido la educación en todo el mundo, también ha presentado una oportunidad para repensar la forma en que educamos a nuestros hijos. Un aula virtual no reemplaza la interacción y la colaboración cara a cara, pero hay varias formas en que se puede mejorar el sector educativo después de la pandemia.

Los estudiantes ahora esperan aprender desde cualquier lugar. El entorno tradicional del aula seguirá existiendo después de la pandemia, pero los estudiantes, padres y maestros ahora saben que el aprendizaje también puede tener lugar virtualmente. Como resultado, los estudiantes esperarán acceder a sus lecciones desde casa o también cuando estén de viaje. Al mismo tiempo, es posible que los maestros y los estudiantes ya no sientan que tienen que estar en el campus para aprender y esto podría ayudar a disminuir la presión que sienten para ir a la escuela, por ejemplo, mientras están enfermos.

La educación necesita reemplazar las conferencias con el aprendizaje activo. Hay muchas maneras en que el aprendizaje activo puede ocurrir fuera de la escuela, incluso si se brinda virtualmente. Algunas escuelas ya han comenzado a hacer esto al requerir que los estudiantes completen cuestionarios en línea y envíen tareas a través de plataformas en línea como Google Classroom. También se puede alentar a los estudiantes a colaborar entre sí en proyectos fuera del entorno de una clase formal.

Los sistemas educativos deben enseñar habilidades que sean relevantes en nuestro mundo en constante cambio. Deben ayudar a los estudiantes a aprender a pensar críticamente, resolver problemas y trabajar en equipo. La educación necesita utilizar evaluaciones formativas en lugar de exámenes de alto riesgo, que evalúan un conocimiento de contenido limitado en lugar de habilidades más amplias como el pensamiento crítico o la creatividad. A los estudiantes también se les debe enseñar cómo su aprendizaje puede beneficiar a sus comunidades y al mundo en general, para que vean cómo pueden marcar la diferencia incluso si no se dedican a un campo STEM (ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas).

La educación necesita usar evaluaciones formativas, no exámenes de alto riesgo. Un cambio no tan obvio es la necesidad de utilizar evaluaciones formativas en lugar de exámenes de alto riesgo. La evaluación formativa puede tomar muchas formas, desde mapas conceptuales hasta revisión por pares, simulaciones y escenarios. Los estudiantes se beneficiarán al ver cómo les está yendo a lo largo del proceso de aprendizaje, no solo al final.