Una pastilla común para dormir puede reducir la acumulación de proteínas del Alzheimer

Aunque los resultados de este estudio son alentadores, también vienen con cautela. El efecto de suvorexant sobre los niveles de proteínas fue de corta duración, y las concentraciones de tau se recuperaron en un plazo de 24 horas. Además, el estudio solo abarcó dos noches e incluyó a un pequeño grupo de participantes, lo que significa que los resultados aún no se pueden generalizar a poblaciones más amplias ni utilizar como base para recomendaciones de tratamiento a largo plazo.

Además, los somníferos como suvorexant no siempre inducen el tipo de sueño profundo y de ondas lentas que es más beneficioso para la salud cerebral. La investigación ha demostrado que el sueño de ondas lentas, la fase más profunda del sueño, es particularmente importante para eliminar toxinas del cerebro. Si bien suvorexant parece ayudar a reducir los niveles de beta-amiloide y tau a corto plazo, sus efectos a largo plazo sobre la calidad del sueño y la función cognitiva siguen sin estar claros. Como advirtió el neurólogo Brendan Lucey, autor principal del estudio, «sería prematuro que las personas preocupadas por desarrollar Alzheimer interpreten esto como una razón para comenzar a tomar suvorexant todas las noches».

Sin embargo, este estudio contribuye a un creciente cuerpo de evidencia que vincula los trastornos del sueño con el Alzheimer. A medida que la enfermedad sigue desafiando los tratamientos convencionales, los investigadores están cada vez más interesados en los factores relacionados con el estilo de vida, como el sueño, que pueden desempeñar un papel preventivo.

Las implicaciones más amplias del sueño y la salud cerebral

Esta nueva investigación forma parte de una conversación más amplia sobre el papel del sueño en la salud cerebral en general. La privación crónica del sueño se ha relacionado con una amplia gama de problemas cognitivos, incluidos la pérdida de memoria, la reducción de la concentración y la capacidad de resolución de problemas, que son síntomas comunes del Alzheimer. Por lo tanto, mejorar la higiene del sueño podría ser una de las formas más simples y efectivas de apoyar la salud cerebral a largo plazo.

Las buenas prácticas de higiene del sueño incluyen mantener un horario de sueño constante, evitar estimulantes como la cafeína cerca de la hora de acostarse y crear un ambiente de sueño relajante. Para aquellos que experimentan problemas de sueño más graves, como la apnea del sueño, buscar tratamiento también podría ser crucial. La apnea del sueño, una condición en la que la respiración se detiene y reinicia repetidamente durante el sueño, se ha relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer.

Los investigadores siguen siendo optimistas de que futuros estudios desarrollarán tratamientos que se basen en estos hallazgos para prevenir el deterioro cognitivo. Lucey, por su parte, es optimista: “Confío en que eventualmente desarrollaremos medicamentos que aprovechen el vínculo entre el sueño y el Alzheimer para prevenir el deterioro cognitivo. Pero aún no hemos llegado a ese punto”.