Aspectos del terapeuta en la Terapia familiar

“La familia venidera debe reinventarse una vez más”  

                    (Roudinesco, Elisabeth)

La familia asiste en esta época del mundo, a una nueva forma de ser, de hacerse, de manifestarse, estudiada como un ser vivo, como los humanos que la conforman, por lo cual poseen ciclos, metamorfosis, estancamientos, movimientos, evolución, involución, nacimiento, desarrollo y muerte.
Es una aspiración del humano, pertenecer, identificarse con un sistema en el cual sentirse seguro. En cual poder desarrollar sus dones, descubrir su personalidad, sanar sus conductas, meta-comunicarse. Ese marco teórico vivencial lo ofrece la familia. De la cual, pueden suceder muchas opciones. Tantas como universos mentales posibles existen.
Existen por cierto, detalles, parámetros, patrones, estudios, investigaciones, tendencias, aún así la familia, siempre será una célula de la conformación del mundo terrestre a seguir siendo analizada, contenida, soportada, instruida, aconsejada y muchas veces separada, pues nadie puede anticipar un sentimiento futuro, y vivir de a dos no significa sufrir de a dos, tres, cuatro, etcétera.
El terapeuta, que asiste a una familia, ineludiblemente debe haber formado parte de una familia, se hace necesario, es un requisito ineludible sentir, percibir, haber  amado y haber sentido que era amado. Y debe estar lo más sano posible, instruido, capacitado con técnicas de percepción, con escuelas especializadas en familia. También debe estar familiarizado, con los otros sentimientos que circundan las relaciones familiares, sostenimiento, acompañamiento, culpa, victimismo, dolor, silencio, falta de creencias, autoestima, en fin todo vínculo se establece entre seres vivientes y, por lo tanto, es un continuo proceso de transformación y cimentación de nuevos equilibrios. Muchas veces desapegarse es un acto de amor en sí mismo.
Siempre se buscará el ideal de familia de unión, de retroalimentación, conversión, no creo exista un terapeuta que se sienta en una silla a planear estratégicamente cómo desvincular y desmantelar familias, aún así debe estar presente que siempre puede existir la posibilidad de que hay personas que no pueden, no supieron, o no quieren estar en familia. Entonces es necesario implementar los procesos articulados y resolutivos de fertilizante “separación” con miras a un crecimiento en otras direcciones y sentidos.
Toda familia es una experiencia de aprendizaje y de transformación, presente y futura. Sanando pasados, viviendo el presente, diseñando futuros. Evolucionamos.


El puente que unió la terapia familiar con el siglo XXI fue el constructivismo social, la idea de que nuestra experiencia está en
función de cómo expresamos los acontecimientos en palabras; esto es de las historias con las que describimos nuestra experiencia.
Este giro del comportamiento a la cognición abrió un mundo nuevo de posibilidades. (Minuchin, Nichois, Wai Yung Lee, 2011)
Las intervenciones son en tiempo presente, el pasado está ahí para ser sanado, es lo que te lleva a este momento de la estructura de la vida familiar,
pero a través de la toma de conciencia de la comunicación es en donde se puede superar el problema actual.
Para Bateson, antropólogo, los vinculos humanos necesitasn retroalimentación, y asevera que el sistema familiar perdura porque posee acciones correctivas,
a través del cambio de los errores producidos en la interacción de los integrantes del sistema.
Es muy interesante cómo la cibernética ha influenciado para la construcción del entendimiento del sistema familiar.

1. El pensamiento circular prevalece sobre el pensamiento lineal. Cuando observamos un sistema, todos sus elementos o circuitos están conectados. Ninguno elemento toma precedencia ni control sobre otro.

2. Abandonar la idea de causación. Difícilmente podemos hablar de la causa de un síntoma o trastorno.

3. Es más útil realizar interpretaciones positivas a las habituales negativas del comportamiento sintomático. En vez de suponer que el síntoma es una especie de indicador de familia disfuncional, debemos considerarlo como un factor que empuja a la familia hacia un estado nuevo y distinto.

4. Los procesos vitales siempre son irreversibles. Un cambio de un sistema nunca puede invertirse.

5. Los sistemas familiares son, como todos los sistemas abiertos, impredecibles. Los grandes cambios de sistemas nunca pueden preverse, aunque es útil evaluar las probabilidades.

6. La idea del terapeuta como “experto” de la familia ya no es útil, en el sentido que sabe mejor que la propia familia lo que es adecuado para ella.

7. Abandonar la idea tradicional de resistencia. El sistema familiar no “resiste”, sólo se comporta de acuerdo con su propia coherencia.

8. La familia es un sistema que se autorregula, mediante reglas, como sistema activo, toda tensión requerirá adaptación, objetivando incidencias de factores perturbadores. Don Jackson describió a la familia como un sistema cibernético gobernado por reglas, que busca la estabilidad a través de circuitos de retroalimentación (feedback) reactivados por errores. El síntoma psicológico lo describió, dicho autor, sirviendo a la función homeostática para conservar el equilibrio familiar (Vargas, 2004).

Su modelo estructural comprende a la familia como un sistema que tiende a la defensa de su estabilidad ante los cambios de condiciones e influencias internas y externas lo que suele favorecer la disfuncionalidad mediante mecanismos de mantenimiento del sufrimiento en la familia o de alguno de sus miembros. El restablecimiento de jerarquías, la formulación de límites claros, la definición de roles y funciones y la disolución de alianzas o triángulos ayudaría regresar a una estructura familiar funcional.

Todos, podemos vivir, con el otro. Pero ¿Queremos vivir con el otro?

            La posibilidad de dejar de observar, el mundo fragmentado, nos permite, interactuar como un todo. Dado que el fragmento de una organización familiar, no tiene noción de la existencia de los demás fragmentos que componen el todo, es tarea del terapeuta familiar, convocar los dones del orden en materia de universos psicológicos, teorías, investigaciones, técnicas de terapia, los sistemas, la cibernética, la estrategia, el desorden, el orden, todo lo posible para asociar lo disociado, de-fragmentar lo fragmentado.

            La familia en orden, en un orden amoroso, nuevo, donde no siempre se permanece juntos en la misma casa, en donde muchas veces existen familias ensambladas, “no perfectas” sino reales, viviendo una experiencia espiritual pero con un hogar efectivo y afectivo, en Paz mental y con un crecimiento posible en aras de una evolución en todos los terrenos, es la tarea del terapeuta familiar actual.

            La familia ofrece el caldo de cultivo para todos los procesos. El individual, el vincular, las jerarquías, las colisiones, las alianzas, la flexibilidad para cambiar o auto-ajustarse, re-encontrarse con su propia individualidad a través de la armonía, también de lo negativo, no así en la maldad (allí queda claro y es inexorable no se crece). Es un desafío el estudio de la energía familiar, es todo un acto de Auténtica Sinceridad. En una familia no se puede mentir demasiado tiempo lo que sentís o lo que sienten los demás integrantes. Como dijera Norberto Levy: “Todo ser vivo que recibe lo que necesita, se transforma”, entonces la familia es el máximo sentido que podemos encontrar para el encuentro de cooperar para vivir siendo creadores  y participantes de la existencia misma, viviendo en familia, cual fuera su composición, es un acto único, irremplazable, irrepetible, presente, la oportunidad de sentir, percibir y experimentar el TODO.

            Vivir en familia es una convocación a una afinación, que muchas veces solamente con la ayuda de un terapeuta, se puede lograr. Es un arte colaborar con otros para que se encuentren en sus procesos de comprensión, conocer cómo sus conductas afectan a los demás, y así mismos. Aspirar a que sea una célula que funcione en orden de vida y no de muerte, cual cáncer destructor. Insisto, la familia es un acto de Sanación, Evolución y Sinceridad.

            Nuestra obligación es liberar a las personas de las situaciones de sufrimiento, entre ellas a las familias compuestas por personas que sufren. Nuestro deber no es establecer lo que es correcto y lo que no: nuestro deber es ayudar al paciente a salir de una situación de impasse patológica, utilizando del mejor modo posible, es decir, de un modo funcional, sus propios recursos. (Muriana, 2011).

            El fundamento de una real terapia familiar puede concluirse en que nos definen nuestros vínculos, y como ¡No hay enamoramiento sin ilusión; no hay amor sin un poco de desilusión! Por lo cual debemos trabajar para que la realidad sea vista en todo su esplendor, otorgando a la familia en su conjunto y a cada integrante la posibilidad de experimentar la Familia como un acontecimiento sublime, un estado en donde el Alma encuentra Paz y Placer. Estudiemos para sanar, sanemos para evolucionar, evolucionemos para que otros evolucionen.

Ingeniera Violeta Cuñado
Alumna de Licenciatura en Psicología.

Author : Violeta Cunado
Degree : Bachelors
Major : Psychology
Country : Argentina
Language : Spanish

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