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Autor: Justo Javier Ezquer Espin
Titulo: Introduccion a la Civilizacion de Antigua Sumeria
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TABLE OF CONTENT
INTRODUCCIÓN
DESCRIPCIÓN
ANÁLISIS GENERAL
ACTUALIZACIÓN
DISCUSIONES
RECOMENDACIONES
CONCLUSIÓN: UN NUEVO ASPECTO DE LA DISCUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN
Siempre nos hemos preguntado ¿cuando empieza la Historia? Para resolver esta difícil cuestión habría que entender primero cuáles son los conceptos básicos que definen el cambio de la Prehistoria neolítica a la Historia. De una manera sencilla se puede decir que los elementos esenciales para esta transición son la creación de núcleos urbanos y la aparición de la escritura como método de comunicación. Así hubo un primer pueblo que destacó sobre las demás culturas de su época, esta fue la Civilización de Sumer, cuna de la Historia. Pues las palabras de antaño, que durante miles de años constituyeron la lengua de las enseñanzas superiores y las escrituras religiosas, era la lengua de Sumer. Tampoco hay duda de que los dioses de antaño eran los dioses de Sumer, en ninguna parte se han encontrado registros, relatos, genealogías e historias de dioses más antiguos que los de Sumer y ya que nada surge espontáneamente, hay que comprender porqué los sumerios llegaron a un alto nivel de civilización, teniendo en cuenta que sus excedentes agrarios provocaron la especialización de los individuos, ya no siendo necesario que cada uno cultivara ni recolectara su alimento. Apareció el intercambio y la artesanía, donde el mejor lugar para intercambiar productos, era sin duda en la Ciudad, que además era un refugio de ataques. Estos cambios provocan una complejidad social tal, que hacen su aparición diferentes clases sociales, según su riqueza y función. Aparecen grandes señores y sacerdotes que pronto acaparan el poder. El origen étnico de los sumerios es verdaderamente intrigante pues no corresponde con las tribus semitas que poblaban esas tierras. Las explicaciones más creíbles nos indican que seguramente fueran una evolución de las poblaciones autóctonas, otras teorías hablan que llegaron de la zona del mar Caspio y otros de la India. Así pues nos encontramos con el principio de una nueva cultura que sobrepasará a las anteriores y que ante esta nueva organización social pasará a llamarse Civilización. La cultura sumeria, se desarrolló en lo que se podría llamar primer asentamiento urbano, Mesopotamia significa en griego "entre ríos". La región así denominada abarcaba inicialmente los territorios comprendidos entre los ríos Tigris y Eufrates. En la actualidad comprende a Irak y el este de Siria. La abundancia de agua creó una gran riqueza natural, hasta el punto de que, según la Biblia, estuvo allí localizado el Paraíso. El neolítico pronto alcanzó un gran desarrollo en Mesopotamia, con asentamientos urbanos importantes, como Eridu o Uruk desde el año 3.750 A.C. En esta ciudad comenzó, muy probablemente, un sistema complejo de escritura, que nos cuenta que la historia de Mesopotamia es una sucesión de civilizaciones, iniciada por los sumerios desde el 3.000 a.c. Hasta el 2.350 A.C. Estos son vencidos por las huestes de Sargón, rey de los acadios (Akkad), que imponen su poder hasta el 1.800 a.c. Desde ese momento conviven dos importantes culturas, los asirios al norte y los babilonios al sur. Cada uno evoluciona de forma diferente, pero ambos acabarán dominados por pueblos guerreros llegados del este, los persas (Persia), medos y aqueménidas. La religión en el mundo Mesopotámico domina todo y permanece más o menos inalterable hasta la conquista musulmana. Está basada en un principio en las fuerzas de la naturaleza que se identifican con los dioses, también creen en espíritus maléficos y demonios, ligado a la religión hay un mundo que en.

Mesopotamia tuvo un gran auge y es la magia, especialmente la relacionada con la observación de los astros. La astrología, de la que los pueblos mesopotámicos van a tener un gran conocimiento y que transmiten a otros pueblos, aunque nos llega tergiversada en la actualidad. Los templos van a ser grandes complejos que se van desarrollando a través de las distintas épocas y en ellos se da una gran burocracia. No es sólo una institución religiosa, sino también política y administrativa. Así en torno al recinto religioso se van a construir una serie de estancias e incluso el palacio del rey. El monarca va a ser el que debe construir los templos, así el rey sacerdote pone la primera piedra de estas construcciones, que para los mesopotámicos era muy importante, por lo que hay muchas representaciones de este hecho. Sus ciudades están aglomeradas en unas ciudades estado que son autónomas e independientes y que están gobernadas por un monarca que dirige el ejército, administra la justicia y dirige los ritos religiosos junto a los sacerdotes. Es el dueño y señor de todo el territorio. Hay dos tipos de nobleza, la nobleza cortesana y la nobleza empleada, en el ejército o en la administración, también hay escribas, aunque no están representados como en Egipto, pero también están muy bien considerados y están ligados al templo. La clase urbana está formada por mercaderes y artesanos. Por debajo se sitúan los campesinos y por último los esclavos. Esta sociedad está bien organizada desde un principio, prueba de ello es la legislación que hay desde muy pronto, como la de Ur-Namu, que es la más antigua, de la época neosumeria, o el código de Hammurabi, ya de época babilónica. Este desarrollo de los pueblos se ha podido estudiar gracias a su conocimiento de la escritura, que se conoce desde finales del IV milenio, en el caso de los sumerios. Muchos museos en el mundo tienen entre sus piezas más valiosas los pórticos ceremoniales, los toros alados, los bajorrelieves, las cuadrigas, herramientas, utensilios, joyas, estatuas y otros objetos hechos de todos los materiales imaginables que se han ido extrayendo de los montículos de Asiría y Babilonia. Pero los verdaderos tesoros de estos reinos fueron sus registros escritos, miles y miles de inscripciones en escritura cuneiforme entre las que hay cuentos cosmológicos, poemas épicos, historias de reyes, anotaciones de templos, contratos comerciales, registros de matrimonios y divorcios, tablas astronómicas, predicciones astrológicas, fórmulas matemáticas, listas geográficas, textos escolares de gramática, vocabulario y los no menos importantes textos donde se habla de los nombres, la genealogía, los epítetos, las obras, poderes y deberes de los dioses. El lenguaje común que formó el lazo cultural, histórico y religioso entre Asiría y Babilonia era el acadio, la primera lengua semita conocida, semejante aunque anterior al hebreo, el arameo, el fenicio y el cananeo. Pero los asirios y los babilonios nunca afirmaron haber inventado su lengua o escritura, de hecho, en muchas de sus tablillas hay una nota final en la que se dice que ese texto es una copia de un original más antiguo. Entonces, ¿quién inventó la escritura cuneiforme y desarrolló aquella lengua, con su precisa gramática y su rico vocabulario? ¿Quién escribió esos originales más antiguos? ¿Y por qué tanto asirios como babilonios llamaban a su idioma acadio? Se trata de una escritura cuneiforme, llamada así por el aspecto de los trazos, que es en forma de cuña. La escritura ha aparecido en tabletas de arcilla blanda y era realizada con un buril o cálamo, con los que se van haciendo los trazos, tras lo que se cuecen. Las primeras tabletas eran funcionales, escritas en los cimientos de los templos, y luego apareció en.

Relieves, en materiales duros, etc. La escritura cuneiforme se conoce desde 1802 gracias a Groterfend que descifró la estela persa de Behistun, que estaba escrita en tres lenguas persas, acadias y elamitas, se sabe de la existencia de bibliotecas, pero han desaparecido, la más importante fue la de Nínive. La atención en este asunto, se concentra en el Libro del Génesis, pues los comienzos de su reino fueron Babel, Erek y Acad. Pero ¿De veras existió una capital real anterior a Babilonia y a Nínive? Las ruinas de Mesopotamia han aportado evidencias concluyentes de que, realmente, hubo una vez un reino llamado Acad, establecido por un soberano mucho más antiguo que se llamaba a sí mismo sharrukin (soberano justo). En sus inscripciones, decía que su imperio se extendía, por la gracia de su dios Enlil desde el Mar Inferior o Golfo Pérsico hasta el Mar Superior, se cree que se trata del Mediterráneo y alardeaba de que en los muelles de Acad amarraban naves de distantes tierras, pues el pueblo mesopotámico estuvo muy desarrollado y fue poseedor de gran cultura. Fueron los grandes conocedores de la astronomía,conocían planetas, movimientos, constelaciones, inventaron el horóscopo, etc. También tenían grandes conocimientos de medicina y cirugía, de lo que quedan notas, por ejemplo, en el código de Hammurabi. Sobresalieron en el cálculo matemático y en las operaciones mercantiles.

También tenían grandes textos relacionados con el mundo de la literatura, hay restos de poemas épicos, oraciones, textos didácticos, etc. Pero siempre con una finalidad práctica que era la continua exaltación del poder, un continuo carácter político y religioso. Las artes plásticas también tenían esta finalidad, no existe la motivación estética, por ello no se conocen nombres de artistas, ya que sólo sirven para exaltar al poder con un matiz propagandístico. En esta primera época destaca la violencia con la que luchaban entre ellos, aunque nunca llegaban a destruirse del todo. Las ciudades más importantes de las que tenemos constancia arqueológica fueron Uruk, Ur, Kish, Nippur, Umma y Lagash. De entre ellas destacaba Kish como centro espiritual sumerio pues según su religión fue esa ciudad a donde llegó el primer rey después del diluvio, este trono era muy deseado y quien lo poseía solía ser árbitro de los conflictos entre ciudades. Años más tarde llegaron los enfrentamientos internos entre el Palacio y el Templo, es decir el poder del príncipe contra el de los sacerdotes, por la hegemonía económica dentro de la ciudad. Al continuar las guerras contra Umma, la ciudad sufrió una alta degradación al aumentar la presión social de las clases privilegiadas sobre las humildes, para mantener el interminable conflicto. Al final la situación se hizo insostenible, hasta que un nuevo príncipe-gobernante, Urukagina, realizó una serie de reformas que aliviaron económicamente a la población menos favorecida, además instauró una serie de leyes que les protegían de los abusos. Es de destacar la preferencia del pago de multas de los condenados, además quitó gran poder a los sacerdotes del templo. Sin embargo hacia el 2.300 la ciudad de Umma se había recuperado, un príncipe llamado Zagasi, consigue conquistar Lagash, a la que destruyó tras cientos de años de guerras. No sólo conquistó a su eterna rival, sino que tomó las ciudades de Ur, Kish, y Uruk, llegando su expansión hasta la región Sirio-Palestina, lo que le valió el título de Lugal-zagesi. A pesar de haber creado una especie de reino, el tiempo de los sumerios iba a cambiar radicalmente por la aparición de un nuevo factor exterior, que eran los acadios.



La región denominada Mesopotamia abarcaba inicialmente los territorios comprendidos en la actualidad por Irak y el este de Siria. La abundancia de agua creó una gran riqueza que provocó que el neolítico alcanzara un gran desarrollo con asentamientos urbanos importantes, como Eridu o Uruk. La historia sumeria, se cree iniciada en el 3.000 a.c.

Donde la religión domina todo y permanece más o menos inalterable hasta la conquista musulmana. Está basada en un principio en las fuerzas de la naturaleza que se identifican con los dioses, el dios del agua es Enlil, el del cielo Anu y el de la tierra es Enki. Estos dioses poco a poco van tomando forma, primero con símbolos y van a acabar teniendo forma humana. Posteriormente se van configurando nuevos dioses la gran diosa Inanna, que más tarde se va a identificar con Ishtar va a ser la diosa más venerada, es la diosa de la fertilidad y del amor. Sin será la luna y Shamash el sol. A estos se les van a unir otros dioses que van a ser venerados sólo en algunas zonas, como Assur en Asiria o Marduk en Babilonia. Pese a ser extremadamente importante, la religión en Mesopotamia no tiene un desarrollo artístico tan importante, hay numerosas representaciones artísticas para espantar espíritus ya que, entre otras cosas, creían que estaban relacionados con las enfermedades. Ligado a la religión, está la observación de los astros, que los pueblos mesopotámicos van transmitir a otros pueblos. Los templos van a ser grandes complejos que se van desarrollando a través de las distintas épocas. No es sólo una institución religiosa, sino también política y administrativa. Así, en torno al recinto religioso se van a construir una serie de estancias e incluso el palacio del rey. Las ciudades estado, son autónomas e independientes y están gobernadas por un monarca que dirige el ejército, administra y dirige los ritos religiosos junto a los sacerdotes. Este desarrollo se ha podido estudiar gracias a su conocimiento de la escritura, se trata de una escritura cuneiforme, llamada así por el aspecto de los trazos, que es en forma de cuña. La escritura ha aparecido en tabletas de arcilla blanda y era realizada con un buril o cálamo, con los que se van haciendo los trazos, tras lo que se cuecen las tabletas, para que se endurezcan. Se sabe de la existencia de bibliotecas, pero han desaparecido. Aún así, se puede demostrar que el pueblo mesopotámico estuvo muy desarrollado y fueron grandes conocedores de la astrología, conocían planetas, movimientos, constelaciones,etc. También tenían grandes conocimientos médicos, sobresalieron en las matemáticas y en las operaciones mercantiles, También tenían grandes textos relacionados con el mundo de la literatura, hay restos de poemas épicos, oraciones, textos didácticos, etc. Pero siempre con una finalidad práctica, que era la continua exaltación del poder, un continuo carácter político y religioso. La producción artística, de la que hasta ahora hemos indicado las características esenciales, se expresa a través de una serie de géneros o categorías sobre cuya autonomía es, evidentemente, posible formular reservas. Pero también es verdad que el culto de las formas tradicionales, con los fenómenos de supervivencia y arcaísmo, junto con el componente religioso y hasta mágico de los modelos, confiere a estos últimos una función esencial. Sería un error creer que, como en el caso de otras civilizaciones, esto sirve sobre todo para las artes figurativas. Antes bien, la tipología arquitectónica, es decir, el conjunto de modelos (casa, templo, palacio etc.) del cual dependen las obras completas, constituye .

Un adecuado paralelo de la tipología escultórica, de tal manera que las formas de los edificios tienen valor de modelos no menos que las estatuarias. Por otra parte, esta convergencia que la crítica moderna sugiere entre las tipologías de la arquitectura y las iconografías de las artes visuales, o sea las imágenes figuradas que brotan de la creatividad de escultores y pintores hallada en Mesopotamia, como en otras regiones del próximo oriente antiguo, en particular Egipto, pues sus semejanzas son una comprobación muy considerable. Esto se verifica especialmente en el caso de los toros alados de cabeza humana, insertados en las puertas de los palacios para protegerlos con su fuerza mágica y en el de los relieves esculpidos en las paredes de las salas, como guía ideal de los visitantes. Asistimos aquí, como para las esfinges situadas en la entrada de los templos egipcios a las manifestaciones de un arte que combina elementos arquitectónicos y escultóricos al realizar sus fines determinados. En tales fines se pueden reconocer las condiciones necesarias para entender la articulación de la tipología arquitectónica. Así, en el culto de los dioses encontramos la premisa natural del templo, en la expresión del poder real de palacio. No hay nada que no tenga connotación religiosa en su significado, por ejemplo, faltan los edificios para el pueblo o centros de esparcimiento, ya que estas actividades son exclusivas a la vida de los Dioses en los palacios y de templos. Sin jamás asumir autonomía, la actividad fundamental de las gentes mesopotámicas es la construcción en honor de los dioses y no para el ocio o funciones propias de los humanos. Ya antes de los sumerios y después de ellos a través de la documentación no sólo antropológica, sino también literaria, parece clara la dinámica del pensamiento mesopotámico. En el ámbito de la ciudad estado, el sistema político con el que los sumerios se asoman a la historia, dice que cada centro tiene su dios, cada dios tiene su soberano que lo representa en la tierra y es deber primero del soberano erigir lugar de culto, para que el dios pueda complacerse y asegurar como contrapartida el gran recurso necesario para la vida de la región, esto es el agua, fecundadora de los campos. Una inscripción del soberano sumerio más famoso, Gudea que gobernó la ciudad de Lagash alrededor del 2000 a. C., expresa estos conceptos de forma tan evidente que conviene citarlo directamente. Habla en primera persona el dios de la ciudad.

"Cuando el fiel pastor Gudea empiece a construir mi templo real, el agua será anunciada por un viento en el cielo, entonces la abundancia llegará a ti desde el cielo e hinchará la tierra. Cuando se coloquen los cimientos de mi templo, entonces habrá prosperidad. Los grandes campos te llevarán frutos, las osas y los canales se llenarán de agua para ti. En la tierra de los sumerios el aceite se producirá abundancia, la lana se pesará en gran cantidad. El día en que empieces a construir mi templo, yo pondré el pie sobre los montes, allí donde habita la tempestad, desde el lugar de la tempestad, desde los montes, desde los lugares puros, yo te mandaré la lluvia, que dará vida a la tierra". Circunstancias ambientales determinadas, referentes al material, condicionan la construcción de los templos.”

En el área Mesopotámica, y particularmente en el sur, se construye desde la prehistoria con ladrillos de arcilla, modelados y secados al sol. Se superponen de una forma tan compacta y maciza, que el muro raramente aparece interrumpido por ventanas, las cuales comprometerían su solidez. Falta la columna o por lo menos no existe la columna con función portante, sino a veces con función ornamental. Las paredes se articulan con frecuencia en entrantes y salientes, que mitigan la uniformidad pero no la solidez. La luz se obtiene mediante aberturas en el techo. Las puertas de acceso tienen amplias dimensiones y constituyen la única interrupción efectiva de la continuidad de las paredes.

Desde el punto de vista de la planta, el templo mesopotámico aparece inicialmente como único espacio rectangular, que tiene el altar en uno de los lados cortos y la mesa de las ofrendas delante de él. El altar no puede faltar y por ello la elevación formada por su plataforma en el lado corto de la planta, es el carácter distintivo del lugar sagrado. La entrada está a menudo en uno de los lados mayores, o en ambos por la parte opuesta a la del altar. En la siguiente evolución del santuario, que tiene lugar ya en el periodo prehistórico al espacio único se añadan otros y aparece el uso del patio, generalmente en el lado más ancho de la estancia sagrada. En el conjunto así ampliado se insertan las habitaciones de los sacerdotes y de los funcionarios, a veces también las de los escribas anexos a la administración del templo y los depósitos de los productos alimenticios. Lo completa el cinturón de murallas y de esta manera queda separado del resto del área ciudadana, constituyendo un área sagrada. El concepto de área sagrada prevalece obre el del lugar sagrado y existen con más de un templo, además de con más de un palacio de soberanos porque, el edificio profano se integra muy pronto con el sagrado. Una distinción fundamental que aparece, es entre templo bajo y templo alto, el primero se apoya directamente en el suelo, el segundo se construye sobre una terraza de base. La terraza de base es el punto de partida de un ulterior tipo de edificio sagrado, que será el más característico de toda la civilización mesopotámica, el zigurat o torre del templo, construido por una serie de terrazas superpuestas de dimensiones decrecientes hacia arriba, con un santuario en el vértice. Un sistema de escaleras en los lados permite la ascensión piso por piso, hasta la cima. Inmediatamente surge el recuerdo de un típico monumento egipcio o maya, la pirámide escalonada, que aparece más o menos al mismo tiempo y es difícil que no haya existido influencia entre un tipo y otro. Sin embargo, es problemático establecer en qué sentido y manera, tanto más que el destino de los monumentos es distinto, ya que el zigurat permanece y se perfecciona en el tiempo, mientras que la pirámide escalonada desaparece en Egipto para dejar paso a la de pareces lisas. El esquema de palacio mesopotámico no difiere, salvo en la falta de espacio sagrado del templo. Un patio alrededor del cual se disponen las habitaciones, abiertas todas al dicho patio. La comunicación con el exterior se asegura con una puerta que se abre a la calle. Tal esquema puede multiplicarse con la combinación de otros conjuntos con un patio en el centro. “Ya a principios del II milenio A. C. El palacio de Mari se extiende sobre en área de más de dos hectáreas y media, presentando casi trescientas habitaciones. Particular interés adquiere la presencia de grandes palacios de uno o más santuarios, evidentemente, la integración entre edificio civil y edifico sagrado continúa y se desarrolla desde épocas antiguas

La arquitectura funeraria, tan esencial en otras religiones y muchos pueblos vecinos presenta un desarrollo mucho menor en Mesopotamia. Sólo en época sumeria, en la ciudad de Ur, se encuentran hipogeos de cierta importancia. A la I dinastía Ur (es decir, hacia mediados del III milenio A. C.) corresponden las tumbas reales que se han hecho famosas tanto por la cantidad de joyas que contenían, como por el sacrificio de los familiares y del séquito que allí se encuentra testimoniado. Las tumbas están construidas por cámaras subterráneas abovedadas, en ladrillo, a las que se accede por un amplio foso de paredes en declive, que penetra en el terreno con ligera pendiente. Más importante arquitectónicamente, también en Ur, es la necrópolis de la III dinastía (finales del II milenio). A nivel del suelo sobre estas tumbas (igualmente subterráneas y abovedadas) se eleva una construcción que tiene un aspecto de edificios con patios, puede tratarse del lugar donde se veneraban los difuntos, o en cambio puede ser su residencia en vida.

Es necesario recordar la situación religiosa que es la razón del escaso desarrollo de la arquitectura funeraria. A diferencia de otros pueblos de la antigüedad (concretamente los egipcios), los mesopotámicos tuvieron una fe muy débil y vaga en la existencia ultraterrena, pues mas bien creían en la reencarnación. Que dicha fe no faltaba, nos lo revelan en algunos textos que hablan de personajes de regreso de la morada de tristeza y dolor en el más allá, o de visitas a tales personajes, pero se trata de hechos limitados y sobre todo, a nivel de superstición popular o de la mitología que evoca tiempos remotos. Es necesario observar, para concluir, que la arquitectura mesopotámica, muy definida y predominante en todo el valle de los dos ríos, registra también algunas irradiaciones más allá de sus fronteras. La estructura de los templos anatólicos, que se observan en distintos templos de la capital Khattusha, donde se renueva la forma mesopotámica de las habitaciones recogidas alrededor de uno o más patios, aunque las paredes exteriores se abren en amplias ventanas por las que entra la luz. Otro tanto puede decirse de la región Siria, donde el poder mesopotámico se difundió con gran fuerza. En todo caso, reconocer una obra de arquitectura mesopotámica siempre es posible y a menudo bastante simple. Toda una serie de características muy evidentes constituyen el armazón de la identificación y a su vez su garantía, tales características se refieren al arte que surgió o se irradió de Mesopotamia, y que no se verifican en otros lugares, ni siquiera en alguno de los mundos geográficamente vecinos. Un templo en planta central con un patio a cuyo alrededor se recogen las diferentes habitaciones, con la cámara sagrada señalada o el altar en el lado corto y por la mesa de las ofrendas delante de dicho altar, es sólo mesopotámico. En Egipto la estructura era completamente distinta, con una sucesión de espacios desde el exterior hasta el espacio sagrado. El material de construcción contribuye decididamente a la identificación, los ladrillos crudos son típicamente mesopotámicos, el contraste entre ellos y la piedra egipcia es claro y lo mismo ocurre con sus consecuencias totalmente distintas en cuanto a aberturas y afluencia de luz. Finalmente, la base del templo en las terrazas superpuestas y degradantes es un hecho tan típico de Mesopotamia que hace rápidamente reconocible la arquitectura, y no es ciertamente el breve paréntesis egipcio de la pirámide escalonada el que pueda alterar este estado de las cosas.

El arte mesopotámico tenía carácter cívico, tiene palacios, templos y servicios públicos, tales como murallas, canales de riego, puentes, puertas y fortalezas. También combina el sistema de platabanda y dintel con el de arco y bóveda. Como en la región no había piedra y la madera era escasa, emplearon el ladrillo, hecho de adobe. Como el ladrillo es un material algo frágil, los muros se fabricaban gruesos y sin apenas aberturas, de manera que la apariencia de la edificación es maciza, pesada y monótona, casi podría decirse minimalista, pues era cien porciento funcionalista. Debido a las periódicas inundaciones que eran favorables a los cultivos, los edificios solían construirse sobre terrazas, las paredes se cubrían de relieves en colores siguiendo esquemas muy simples, en particular los de repetición y simetría. Sus monumentos principales, consistían en un gran patio amurallado que en el espacio correspondiente a uno de sus lados menores lleva lo que va a ser su elemento más característico, el Zigurat. El Zigurat es una torre cuadrada de varios pisos escalonados, en cuya cima está el santuario. Las caras se orientan hacia los cuatro puntos cardinales y se sube a los diferentes niveles por medio de una rampa que rodea los cuatro lados, o por dos escaleras simétricas que trepan por el frente o los laterales. En su construcción se empleaban materiales muy ricos como mármol, alabastro, lapislázuli, oro y cedro. No existe una forma prevista para los palacios, tampoco es un edificio, sino una serie de edificaciones prismáticas de distintos tamaños unidas entre sí por pasillos, galerías y corredores con amplios patios intermedios y con murallas alrededor. Consistía en una sencilla construcción cuadrangular con un patio central por el cual recibía luz y ventilación. Se alzaba sobre terrazas de ladrillo a las que se subía por escaleras y rampas con desagües para protegerse de las inundaciones y de la humedad. Las puertas, cuyas hojas solían ser de bronce, estaban flanqueadas por estatuas y toros alados con cabeza humana a los que se les atribuían poderes protectores. Las paredes interiores se decoraban con pinturas al fresco sobre enlucido de cal, o con revestimientos de ladrillos esmaltados de colores vivos y relieves. Algunos de los palacios más importantes fueron los de Nínive. Las ciudades estaban guardadas por gruesas murallas de paredes verticales y cortadas en ángulos rectos, reforzadas de techo en techo por torres cuadradas. El paso se hacía por puertas fortificadas. El pasaje de estas puertas era de bóveda de medio cañón, en ambos lado se colocaban las habituales estatuas protectoras. Las tumbas no ofrecen gran interés, pues es un simple hipogeo con bóveda de ladrillo y varias cámaras, que se manifiesta al exterior por algún pequeño monumento sin valor artístico. Sin embargo, en su interior se ha encontrado un ajuar funerario muy rico, cadáveres de damas, músicos, criados, cocheros y guardias inmolados en número grande que revelan las bárbaras costumbres fúnebres de estos pueblos. En la escultura los habitantes de Mesopotamia emplearon basalto, arenisca, diorita y alabastro. También trabajaron algunos metales como el bronce, el cobre, el oro y la plata, así como piedras preciosas en las piezas más delicadas y en las labores de incrustación. En sus sellos cilíndricos usaron piedras de todas las clases, como lapislázuli, jaspe, cornalina, alabastro, hematites, serpentina y esteatita. No obstante, algunas de estas piedras escaseaban en la zona, por lo que tuvieron que importarlas. Otra importante forma de expresión fueron los sellos cilíndricos, delicadamente grabados en piedra. La mayor perfección en esta técnica la habrían alcanzado los acadios.

La finalidad de este tipo de arte, era social y religioso, por lo cual su finalidad era utilitaria. Su temática era el retrato de los dioses, reyes o altos funcionarios, en cuya ejecución domina la idea de duplicación. Respondía a las leyes de verticalidad, frontalidad y simetría, aunque no conocieron la perspectiva. Había también estilización de las facciones, cabellos y barbas de cabello ondulado. Dentro de la escultura, se desarrollaron tanto las estatuas como el bajorrelieve. Sus estatuas son una réplica de la realidad, que incluye también el tamaño. Sin embargo, este realismo lleva la impronta subjetiva del artista, que le imprime una simbología, o un significado que va más allá de lo estrictamente visual. La estatua es quizás, la categoría artística en la que el mundo mesopotámico se hace reconocer con mayor evidencia, en sus concepciones en sus caracteres, en su manera de traducirse en arte. Su patrón es el siguiente, manos unidas cruzadas sobre el pecho, cabeza afeitada y el torso desnudo o cubierto por un manto. Su temática estaba basada en los protagonistas de ese mundo de poder y de fe del que el arte mana y del que es expresión. Su pintura fue estrictamente decorativa. Se utilizó para embellecer la arquitectura. Carece de perspectiva, y es cromáticamente pobre, sólo prevalecen el blanco, el azul y el rojo. Bajo la técnica del temple, se puede apreciar en mosaicos decorativos o azulejos. Los temas eran escenas de guerra y de sacrificios rituales con mucho realismo. Se representan figuras geométricas, personas, animales y monstruos, se emplea en la decoración doméstica y no se representaban las sombras. Sus prácticas de relieves fueron frecuentes en las plaquetas o estelas narrativas y algunas de estas estelas tienen textos cuneiformes, son obras detallistas y minuciosas que reflejan notable naturalismo. Se distingue la separación de los asuntos divinos de los humanos, el rey es plasmado en escenas de guerra, banquetes o caza, como una figura que aparece siempre erguida, lo que hace destacar su poderío. La orfebrería mesopotámica constituye uno de los hallazgos más interesantes de las excavaciones de tumbas reales y templos. El trabajo de los metales era una de las actividades artísticas más importantes en los pueblos mesopotámicos. Entre los valores más preciados de este tesoro se cuenta el tocado de una de las sesenta y cuatro cortesanas enterradas en el sepulcro real, de una suntuosidad y un diseño exquisito, en el que finísimas láminas de oro imitan hojas y pétalos de flores. Restos de vajilla labrada en oro y numerosísimas estatuillas de cobre, uno de los metales más trabajados, así como collares y brazaletes de cornalina, lapislázuli y plata e instrumentos musicales con piedras preciosas completaban el tesoro más antiguo del mundo oriental. En las formas y el modelado del metal se descubre un naturalismo de cierta ingenuidad, con obsesión por el detalle ornamental. Se hace difícil un estudio del estilo general de la orfebrería mesopotámica debido a la gran variedad de pueblos y culturas que poblaron sucesivamente el territorio.

“La convergencia que la crítica sugiere entre las tipologías de la arquitectura y las iconografías de las artes visuales, halladas en Mesopotamia, como en otras regiones del próximo oriente antiguo, verifica especialmente en el caso de los toros alados de cabeza humana, insertados en las puertas de los palacios para protegerlos con su fuerza mágica y en los relieves de las paredes, como guía de los visitantes.”

Encontramos así las manifestaciones de un arte que combina elementos a realizar para fines determinados. En tales fines se pueden reconocer las condiciones necesarias para entender la articulación de la tipología artística. Así, en el culto de los dioses encontramos la premisa natural del templo, en la expresión del poder real de palacio. Ni ciertas carencias están privadas de significado, faltan obras populares y servicios públicos, que abundan en otras culturas como griegos y romanos, donde la población en general es muy tomada en cuenta. La actividad fundamental de las gentes mesopotámicas era la construcción de obras artísticas solo en honor de los dioses. Pues solo los Dioses podían ayudarles en las cosechas, curar enfermedades e incluso si así lo consideraban correcto revivir a sus muertos. Estos Dioses buscaban ser adorados y venerados por los humanos llegando en muchas ocasiones ha originar guerras por el control teológico de las ciudades e instando a los humanos en sangrientas guerras que diezmaban a la población.



Al parecer los sumerios no fueron los primeros pobladores de la zona, puesto que ya en el neolítico se localizan en el norte de Mesopotamia las culturas de Jarmo (6700 A.C. - 6500 A.C.), Hassuna (5800 - 5500 A.C.) y Samarra (5600 - 5000 a.C.) y en el sur, El Obeid (5000 - 3820 A.C.), Uruk (3750 - 3150 A.C.) y Jemdet Nar (3250 - 2900 A.C.).Ya que no existen registros escritos de esa etapa, los cráneos hallados no aclaran el problema debido a que están representadas tanto la dolicocefalia como la braquicefalia, con algunos testimonios del tipo armenoide. Las esculturas sumerias muestran un alto índice de cráneos braquicéfalos en sus representaciones que quizá podían dilucidar, junto con las coloraciones y las dimensiones de las esculturas, una mezcla entre caucásicos y miembros de raza negra.

Con todo, no es suficiente puesto que la plástica podría haberse idealizado, como pasaba en los retratos egipcios. La posibilidad de identificación basada en la evolución de los tipos craneales en el conjunto del próximo oriente se ha descartado por estar bastante mezclados, sin embargo podemos distinguir cuatro grandes grupos con los rasgos principales de cada uno de ellos de distintas épocas, antes del 4.000 A.C. Sólo encontramos poblaciones dolicocéfalas del tipo mediterráneo, los eurafricanos, que sólo es una variedad del mismo y que no tuvieron un papel apreciable hasta el 3.000 A.C. El tipo alpinos braquicéfalos se manifiestan moderadamente después del 2.500 A.C. Y los armenoides, derivados tal vez de estos alpinos aparecen en abundancia después del 500 A.C. Los pueblos descendientes de los sumerios tienden a tener en promedio más cabezas redondas (braquicéfalas) que los demás pueblos de esa área. Parece posible que los sumerios fuesen una tribu proveniente de fuera, posiblemente de las estepas, pero su origen concreto es desconocido. De todas formas, en el período de Obeid se producen avances que cristalizan en Uruk como para considerar a éste como el inicio de la civilización sumeria, esto es lo que se ha venido denominando desde el siglo XX como el problema sumerio, pues sabemos dónde comenzó la civilización y cómo se desarrolló, pero la pregunta que sigue sin ser respondida es ¿Por qué? ¿Por qué apareció la civilización? Pues, como muchos estudiosos admiten hoy, todos los datos indican que el hombre debería de estar todavía sin ningún tipo de civilización. Los sumerios lograron un nivel cultural que todavía en nuestros días notan sus influencias aun después de ser conquistados por otras razas y perder su dominio político y militar, su cultura civilizó a los agresores una y otra vez. Los sumerios llegaron a la región del sur de Mesopotamia en el siglo 3200 a.C. Procedían de las montañas al oriente de esta región, donde se estima que ya habían fundamentado su cultura unos tres siglos antes. En realidad no se sabe mucho de ellos antes del 3500 A.C. Este pueblo no era semita, como los fenicios, hebreos, sirios y otros de Mesopotamia, tampoco se les han logrado relacionar con ningún otro grupo étnico de África, Asia, o Europa. Aunque tenían cierta influencia de la cultura hindú. En el sur del Creciente Fértil desarrollaron un sistema de canales y reservas de aguas. Este sistema les permitió controlar las inundaciones de los ríos en tiempos de lluvias. Durante las secas, lo usaban para irrigar las fértiles tierras. El éxito en la agricultura les permitió avanzar su cultura aun más. El sistema numérico que usaban era de base 60. El de nuestros días es de base 10, excepto en los relojes, que aun se usa el sistema

Sumerio. El número doce no es casual, los sumerios contaban señalando con el pulgar las doce falanges de los otros cuatro dedos de la mano, y marcaban los múltiplos de doce con los cinco dedos de la otra, de modo que el mayor número que podían contar con los dedos era 60. Por ello dividieron el zodíaco en 12 signos, el año en 12 meses, el día en dos grupos de 12 horas y cada hora en 60 minutos. El gobierno era basado en la ciudad estado.

Surgieron varias ciudades, algunas de ellas llegaron a contar con más de 15,000 habitantes, con el sistema democrático de elegir a quien habría de dirigirlos, que se mantuvo en vigor hasta 2700 A.C. Entonces comenzó la nobleza. No existía el dinero y por tanto desarrollaron sistemas de trueque. En algunos de estos intercambios se usaba el trigo y en otros la plata. La rueda y el asno como animal de carga ya eran utilizados, ambos llegando a su máximo desarrollo en las carrozas de guerra. Llevaron al ser humano a la edad de bronce cuando lograron fundir el plomo y el cobre para lograr éste otro metal de mayor fortaleza.

Los sumerios descubrieron cómo extraer cobre de ciertas rocas, con lo que el uso de este metal se generalizó y permitió a los sumerios construir armas mejores con que defenderse de los pueblos nómadas. También inventaron el carro con ruedas, tirado por un asno. En Uruk se inventó el sello cilíndrico, un pequeño rodillo de piedra con un relieve que se marcaba repetitivamente en la arcilla al hacerlo rodar sobre ella. Los mercaderes usaban estos sellos a modo de firma marca de sus productos. Con el tiempo adquirieron la costumbre de marcar los recipientes de barro con señales que representaran la naturaleza o cantidad de su contenido. Pronto descubrieron que no necesitaban hacer las marcas sobre los propios recipientes, sino que marcando tablillas de arcilla podían guardarse registros de existencias etc. Al principio cada mercader usaría sus propios convenios, pero hacia el 3400 ya estaba extendido un mismo código común.”

La navegación fue más allá de los ríos. Tuvieron naves y barcos que navegaban en el Golfo Pérsico. Hasta donde llegó este comercio aun permanece una incógnita, encontramos a menudo en la historia de los sistemas de ciudad estado, que existía cierta rivalidad entre las ciudades, dando lugar a las guerras entre ellas, los ataques de otras razas tampoco cesaban, la esclavitud surgió como medida humana y no económica. Aun así los sumerios no tenían muchos esclavos, éstos habían sido enemigos derrotados a los que se les perdonaba la vida.

Por cerca de un milenio los sumerios lograron mantener el control de la sección al sur de Mesopotamia. En el siglo 2300 a.C. un rey semita, Sargón I (2350 - 2295 a.C.) de los acadios, logró vencer todos los estados sumerios, estableciendo el primer imperio en Mesopotamia. No tardo mucho para que los acadios fueran absorbidos a la cultura sumeria.

Poco después de Sargón I los gutis tomaron control de lo que fue el imperio. Alrededor del año 2150 a.C. los sumerios de la ciudad de Ur, bajo el mando de Ur-Nammu, lograron vencer a los gutis, avanzando sus victorias sobre las otras ciudades. Shulgi, hijo de Ur- Nammu, logró unificar la mayor parte de Mesopotamia. Pero ya eran demasiados las invasiones a la región. Los sumerios perdieron el control por última vez en 2000 A.C. así su escritura permaneció por muchos siglos, pero en otras lenguas.

Así como usamos muchas letras del alfabeto latín en las lenguas de hoy día y rezagos de aquella cultura aun se ven en cada minuto .Tal vez el invento más notable de los sumerios haya sido la escritura, en el 3.000 A.C. En un comienzo era pictográfica, pero con la evolución y desarrollo de caracteres se convirtió en escritura cuneiforme. Los sumerios inventaron también sistemas de medida (longitud, masa, volumen, área) y desarrollaron ciencias como la geometría o la aritmética, que dieron un impulso a su economía. La situación de la región de Súmer entre el Tigris y el Éufrates, la convertía en una zona fértil para la explotación agropecuaria, pero casi nula para la producción de madera, piedra y metales, los cuales tenían que importar. Los sacerdotes sumerios aprovecharon el código de signos que habían elaborado los mercaderes y lo extendieron para reflejar ideas abstractas.

Hacia el 3100 los sumerios disponían de una auténtica escritura. Escribían sobre tablas de arcilla mediante un punzón que producía marcas en forma de cuña. Cada palabra se representaba con un signo que, si bien en un principio podía haber sido un esquema de su significado, la práctica lo había reducido a una agrupación de cuñas puramente convencional. Este tipo de escritura se conoce como escritura cuneiforme. La escritura era entonces una técnica muy compleja, pues los sumerios tenían un signo para cada palabra, lo que suponía un inventario enorme de signos que sólo los sacerdotes dominaban. Esto proporcionó mucho poder a la clase sacerdotal.

“El sumerio es la lengua más antigua de la que tenemos constancia escrita. Es una lengua completamente diferente a todas las que se conocen hoy en día: sus palabras son monosilábicas, no hay distinción entre sustantivos y verbos, y las oraciones se forman aglutinando palabras, de modo que muchas de ellas actúan como prefijos y sufijos de otras.”

El primer gobernante registrado de Sumer es Etana, rey de Kis (2800 A.C.), a quien se describe en un documento escrito siglos después como el hombre que estabilizó todas las tierras. Poco después de que concluyera su reinado, un rey llamado Meskiaggasher encontró una dinastía rival en Uruk (la bíblica Erech), muy al sur de Kis. A Meskiaggasher, que consiguió el control de la región que se extendía desde el Mediterráneo hasta los montes Zagros, le sucedió su hijo Enmerkar (2750 A.C.). El reinado de este último destacó por llevar a cabo una expedición contra Aratta, ciudad-estado del noreste de Mesopotamia.

A Enmerkar le sucedió Lugalbanda, uno de sus jefes militares. Las hazañas y conquistas del Enmerkar y Lugalbanda forman el tema de un ciclo de cuentos épicos que constituyen la prueba más importante del primer Sumer. Al final del reinado de Lugalbanda, Enmebaragesi (2700 A.C.), rey de la dinastía Etana de Kis, se convirtió en el principal gobernante de Sumer. Sus enormes logros incluyeron una victoria sobre el reino de Elam y la construcción en Nippur del templo de Enlil, principal deidad del panteón sumerio.

Nippur fue gradualmente convirtiéndose en centro religioso y cultural de Sumer. El hijo de Enmebaragesi, Agga (fallecido antes del 2650 A.C.), fue el último regente de la dinastía Etana, y fue derrotado por Mesanepada, rey de Ur, que fundó la denominada primera dinastía de Ur, siendo su capital la ciudad homónima.

Poco después de la muerte de Mesanepada, la ciudad de Uruk alcanzó una posición política destacada bajo el liderazgo de Gilgamesh (2650 a.C.), cuyas hazañas se ensalzan en el Poema de Gilgamesh.

“La Epopeya de Gilgamesh o Poema de Gilgamesh es una narración de origen sumerio, considerada como la narración escrita más antigua de la historia. Se emplearon tablillas de arcilla y escritura cuneiforme, lo cual favoreció su preservación. La versión más completa preservada hasta la actualidad consta de doce tablillas. La obra es muy leída en traducciones a diversos idiomas y el héroe, Gilgamesh, ha pasado a ser un icono de la cultura popular.

Trata sobre las aventuras del rey Gilgamesh y su amigo Enkidu, quienes emprenden aventuras. Una de las tablillas anticipa el episodio de la Biblia sobre el diluvio. Las aventuras para matar al gigante Khumbaba, el descenso a los infiernos y la relación entre dioses, semidioses (Gilgamesh) y personas le dan un claro origen prehelenístico. El núcleo sentimental se encuentra en el duelo tras la muerte de Enkidu y los críticos consideran que es la primera obra literaria que hace énfasis en la mortalidad e inmortalidad.

La epopeya fue transcrita para el rey Asurbanipal de Nínive, quién trató de coleccionar copias de todos los documentos escritos del mundo por él conocido. Hacia el año 612 A.C.

Nínive fue destruida por invasores y no fue hasta 1845 que fue reubicada por el explorador británico Austen Henry Layard, cerca de Mosul, en Irak. Del contenido de su biblioteca, actualmente se conserva una pequeña fracción, compuesta por 25.000 tabletas, depositadas en el Museo Británico, donde fueron traducidas por George Smith a partir de 1872. Más recientemente, en 1984 se tradujo el poema con la participación del escritor John Gardner.

El poema cuenta la historia de las aventuras del Rey Gilgamesh de Uruk. El poema fue escrito muy posteriormente a su reinado, con base en las tradiciones orales y en la mitología sumeria. De las doce tablillas sobre Gilgamesh, once conforman el poema, probablemente escrito hacia la primera mitad del II milenio A.C. Y la última representa una narración de origen independiente sobre el mismo rey, más reciente que las anteriores. Hacia el final del I milenio A.C. La versión estándar se encontró en la biblioteca de Asurbanipal, fue escrita en babilonio estándar, un dialecto del idioma acadio que sólo se usaba con fines literarios.

Esta versión fue estandarizada por Sin-liqe-unninni entre 1300 A.C. y 1000 A.C. con base en una versión más antigua que la oficial. Esta complementación mediante cambio o añadidura de fragmentos era un proceso común en la época y el Poema de Gilgamesh no fue la excepción. La versión estándar y la acadia previa se diferencian en la introducción, o incipit. La versión más antigua comienza sobrepasando a todos los demás reyes, mientras que en la estándar dice, Él, que veía lo profundo (ša nagbu amāru). La palabra acadia nagbu, profundo, en este caso probablemente hace referencia al conocimiento de ciertos misterios.

No obstante, Andrew George considera que se refiere a algún conocimiento específico que Gilgamesh trajo de su reunión con Uta-Napishti. El ganó el conocimiento en el reino de Ea, cuyo reino cósmico es la fuente de la sabiduría. En general, se cree que Gilgamesh adquirió el conocimiento para vivir una buena vida, ¿cómo adorar a los dioses?, ¿por qué es necesaria la muerte para los humanos? De lo que hace bueno a un rey y de la naturaleza. La tablilla XI contiene el mito del diluvio que fue copiado en su mayor parte de la épica de Atrahasis. La tablilla XII es un apéndice del poema épico, una secuela de la XI y probablemente añadida en fecha posterior, por lo cual ha sido omitida hasta años recientes.

Tiene la inconsistencia narrativa de presentar a Enkidu vivo y tiene poca relación con la bien argumentada tablilla XI. De hecho, el poema tiene una estructura circular en la cual las líneas iniciales se citan en la tablilla XI para dar junto con el final, la idea de un ciclo. La tablilla XII es más bien una copia de un cuento anterior en el cual Gilgamesh envía a Enkidu a recuperar algunos de sus bienes al inframundo, Enkidu muere y regresa como espíritu para contarle al rey la naturaleza del inframundo. Este evento parece superfluo dado que en la tablilla VII Enkidu tuvo ya un sueño en el que se le reveló cómo es el inframundo.

“La historia comienza con la presentación de Gilgamesh de Uruk, el mayor rey de la Tierra, dos terceras partes dios y una humano, el más fuerte Rey-deidad que jamás haya existido. La introducción describe su gloria y triunfos, así como los muros de ladrillo de la ciudad.

La gente en la época de Gilgamesh, sin embargo, no era feliz. Se quejaban de que él era demasiado severo y abusaba de su poder durmiendo con las mujeres antes que sus esposos (derecho de pernada), entonces, la diosa de la creación, Ninhursag creó al hombre semisalvaje Enkidu, que comenzó a molestar a los pastores. Cuando uno de ellos se quejó ante Gilgamesh, el rey le envió a la mujer llamada Shamshat, una prostituta sagrada (nadītu en sumeria o hierodule en Grecia). El contacto con ella civiliza a Enkidu al grado de que tras varias noches, él ya no es una bestia más entre los animales. Mientras tanto, Gilgamesh tiene extraños sueños que su madre Ninsun le explica diciendo que vendrá a él un gran amigo. Enkidu y Shamshat salen del yermo para casarse en Uruk. Cuando Gilgamesh acude al festejo para dormir con Shamshat, encuentra sus intenciones frustradas por Enkidu. Ellos luchan y, tras una gran batalla, Gilgamesh desiste (este fragmento falta de la versión babilónica estándar pero se registra en otras). Luego Gilgamesh presenta a Enkidu a su madre y le hace parte de su familia porque él no tiene una propia. Entonces Gilgamesh le propone viajar al bosque para adquirir gloria cortando algunos grandes árboles y matando al demonio Humbaba. Enkidu no está de acuerdo, pero no logra convencerlo. Gilgamesh y Enkidu se preparan para la aventura en el bosque. Gilgamesh informa a su madre, que se queja, pero pide ayuda al dios-sol Shamash y le da a Enkidu un consejo. El viaje de los amigos al bosque. En el camino, Gilgamesh tuvo cinco pesadillas, pero dadas las condiciones físicas de esta tablilla, su contenido es difícil de reconstruir. Enkidu, cada vez le explica los sueños como un buen presagio, pero cuando llegan al bosque está asustado otra vez y Gilgamesh tiene que animarlo. Cuando los héroes finalmente llegan ante Humbaba, el guarda de los árboles, el monstruo comienza a ofenderlos. Esta vez, Gilgamesh es la quien está asustado, pero después de algunas palabras valientes de Enkidu la batalla comienza. Su cólera separa las montañas Sirara del Líbano. Finalmente Shamash envía sus trece vientos para ayudar a los dos héroes, Humbaba es vencido y le ruega a Gilgamesh por su vida. Él se compadece, pero Enkidu se molesta y le pide que mate a la bestia. Humbaba se vuelva a Enkidu y le pide que convenza a su amigo de perdonarle la

Vida. Cuando Enkidu repite la petición a Gilgamesh Humbaba los maldice. Los héroes cortan un enorme árbol, Enkidu hace con él una gran puerta para los dioses y la echa al río.

Gilgamesh rechaza las insinuaciones sexuales de la diosa Ishtar porque ella ha tenido antes otros amantes, como Dumuzi. Ishtar le pide a su padre, Anu, que le mande el "Toro del cielo" para vengar el rechazo. Cuando Anu rehúsa, Ishtar amenaza con levantar a los muertos. Anu teme y cede. El toro del cielo es una plaga para las tierras. Aparentemente la criatura tiene alguna relación con la sequía, porque de acuerdo con la historia el agua desaparece y la vegetación se seca. Comoquiera que sea, Gilgamesh y Enkidu, esta vez sin ayuda divina, derrotan a la bestia y le ofrecen su corazón a Shamash. Cuando escuchan a Ishtar llorar, Enkidu separa el cuarto trasero del toro y se lo arroja al rostro para amedrentarla. La ciudad de Uruk celebra, pero Enkidu tiene un mal sueño, que se describe en la tablilla siguiente. En el sueño de Enkidu, los dioses piensan que alguien debe ser castigado por la muerte del "Toro del cielo" y de "Humbaba" y deciden hacer pagar a Enkidu. Esto va contra el deseo de Shamash. Enkidu cuenta eso a Gilgamesh y maldice la puerta que hizo para los dioses. Gilgamesh está consternado y va al templo a rezarle a Shamash por la salud de su amigo. Enkidu comienza a lamentarse de Shamat porque ahora se arrepiente del día en que se convirtió en humano. Shamash les habla desde el cielo y les hace ver cuán injusto es Enkidu, les dice que Gilgamesh se convertirá en una sombra de su antiguo ser debido a su muerte. Enkidu se retracta de lo dicho y bendice a Shamat. No obstante, enferma cada vez más y, moribundo, describe el inframundo. Gilgamesh se lamenta por Enkidu y ofrece regalos a los dioses para que caminen al lado de Enkidu en el más allá. Gilgamesh procura evitar el destino de Enkidu y emprende un peligroso viaje para visitar a Utnapishtim y a su esposa, los únicos seres humanos que sobrevivieron "la gran inundación" (el diluvio) y a quienes les fue concedida la inmortalidad por los dioses, con la esperanza de obtenerla también. A lo largo del camino, Gilgamesh pasa las dos montañas desde donde el Sol se levanta, custodiadas por dos seres-escorpión que le permiten seguir.

Viaja a través de la oscuridad, por donde el Sol viaja cada noche y justo antes de que el Sol se lo encuentre, llega al final. La tierra al final del túnel es un lugar maravilloso, lleno de árboles cuyas hojas son joyas. Gilgamesh se reúne con Siduri y le dice el propósito de su viaje. Siduri fracasa al intentar disuadirlo, pero le envían a Urshanabi para ayudarle a cruzar el mar a Utnapishtim. Urshanabi estaba en compañía de cierto tipo de gigantes de piedra que Gilgamesh consideró hostiles y mató. Cuando le narra su historia a Urshanabi y le pide ayuda, le dicen que justamente ha matado a las únicas criaturas capaces de cruzar las aguas de la muerte. Esas aguas no deben ser tocadas, por lo que Utshanabi le dice que corte 120 remos para atravesar el agua. Finalmente llegan a la isla de Utnapishtim, quien nota algo raro en el barco y pregunta a Gilgamesh al respecto. Gilgamesh le cuenta lo ocurrido y le pide ayuda, pero Utnapishtim lo reprende porque combatir el destino de los humanos es inútil y arruina la alegría de la vida. Gilgamesh sostiene que Utnapishtim no es diferente de él y le pregunta su historia, por qué tiene un destino diferente. Él le cuenta sobre "la gran inundación", su historia es un compendio de la historia de Atrahasis, salvo las plagas enviadas por los dioses. Reticentemente, le ofrece a Gilgamesh una oportunidad para la inmortalidad, pero pregunta por qué los dioses deberían dar el mismo honor que a sí mismo, el héroe de la inundación, a Gilgamesh, y lo reta a permanecer despierto por seis días y siete noches. En el momento justo en que Utnapishtim termina de decirlo Gilgamesh se queda dormido. Utnapishtim se burla del sueño de Gilgamesh ante su esposa y le dice que hornee una barra de pan por cada día que duerma, para que Gilgamesh no pueda negar su falla.

Cuando Gilgamesh, después de seis días y siete noches descubre su fracaso, Utnapishtim lo manda de regreso a Uruk con Urshanabi, exiliado. En el momento en que se marchan, la esposa de Utnapishtim le pide que tenga compasión de Gilgamesh por su largo viaje.

Utnapishtim le menciona a Gilgamesh cierta planta del fondo del océano que lo hará joven de nuevo. Gilgamesh obtiene la planta atando rocas a sus pies, para poder caminar en el fondo del mar, pero no confía en su efecto y decide probarla en un hombre viejo en Uruk.

Desafortunadamente, pone la planta en la orilla del lago mientras se baña y es robada por una serpiente que pierde su vieja piel y renace. Gilgamesh llora en presencia de Urshanabi, pero habiendo fallado en ambas oportunidades, regresa a su ciudad, donde la contemplación de sus grandes muros le hace alabar el trabajo duradero. El contenido de la última tablilla no se conecta bien con lo anterior. Gilgamesh se duele ante Enkidu de que su juego ha caído en el inframundo y él le ofrece traerlo de vuelta. Encantado, Gilgamesh le dice a Enkidu lo que debe y lo que no debe hacer en el inframundo para poder volver. Enkidu olvida el consejo y hace todo lo que se le advirtió no hacer, por lo tanto, el inframundo lo retiene.

Gilgamesh pide a los dioses que le devuelvan a su amigo. Enlil y Sin no se molestan en responderle, pero Enki y Shamash deciden ayudarle. Shamash hace un hoyo en la Tierra y Enkidu sale por ahí. La tablilla termina con Gilgamesh preguntándole a Enkidu sobre lo que ha visto en el inframundo. No queda claro si Enkidu reaparece en la historia como espíritu o si vuelve a la vida.”

Algún tiempo después del siglo XXV A.C., el Imperio sumerio, bajo el mando de Lugalanemundu de Adab, se extendía desde los montes Zagros hasta los montes Taurus y desde el golfo Pérsico al Mediterráneo. Después el Imperio fue gobernado por Mesilim, rey de Kis. Hacia el final de su reinado, Sumer se encontraba en un claro declive. Las ciudades- estado sumerias iniciaron constantes luchas internas, agotando sus recursos militares.

Eanatum (2425 A.C.), uno de los gobernantes de Lagash, logró aumentar su reino a través de Sumer y algunas de sus tierras vecinas. Sin embargo, su éxito duró poco tiempo. El último de sus sucesores, Uruinimgina (2365 A.C.), introdujo numerosas reformas sociales, pero fue derrotado por Lugalzagesi (que reinó hacia 2370-2347 A.C.), gobernante de la cercana ciudad estado de Umma. Durante casi 20 años, Lugalzagesi fue el gobernante más poderoso de Oriente Próximo. Hacia el siglo XXIII A.C. El poder sumerio había decaído hasta tal extremo que ya no pudo defenderse contra invasiones extranjeras. El rey semítico Sargón I el Grande (que reinó hacia 2335-2279 A.C.) conquistó toda la zona y fundó una nueva capital en Agadé (nombre sumerio de la ciudad de Acad), más al norte que Sumer, que se convirtió en la ciudad más rica y poderosa del mundo. El pueblo nativo del norte de Sumer y sus conquistadores poco a poco se mezclaron, hasta convertirse en un grupo étnico y lingüístico conocido como acadio. A la tierra de Sumer se le dio el nombre compuesto de Sumer y Acad.

La dinastía acadia duró un siglo aproximadamente. Durante el reinado del nieto de Sargón, Naram-Sin (que reinó hacia 2255-2218 A.C.), los gutis pueblo guerrero de los montes Zagros, saquearon y destruyeron la ciudad de Agadé. Después sojuzgaron todo Sumer dejándolo baldío. Después de varias generaciones los sumerios se libraron del yugo guti, de nuevo la ciudad de Lagash adquirió importancia, sobre todo durante el reinado de Gudea (c. 2144-2124 a.C.), gobernante extraordinariamente devoto y competente. Debido a que se han encontrado numerosas estatuas de Gudea, se ha convertido en el monarca sumerio más conocido para el mundo moderno. Los sumerios lograron la independencia completa de los gutis cuando Utu-hegal, rey de Uruk (que reinó hacia 2120-2112 a.C.), obtuvo una victoria decisiva después celebrada en la literatura sumeria. Cada ciudad y el territorio adyacente fue un reino soberano, cuyo monarca, el patesi, se consideraba representante o el encargado del dios principal para gobernar el país, vigilar el trabajo agrícola legalizar los acuerdos mercantiles, defender la propiedad y recolectar las ofrenda del pueblo a la divinidad. Uruk, la Erec bíblica y la actual Warka, es el escenario de descubrimientos fundamentales para la historia de la humanidad, aparece la rueda por el 3500 a.C. y la escritura que es la datación más antigua de tablillas de arcilla con escritura cuneiforme encontradas hasta la fecha. Son estos registros escritos los que confirman que los sumerios no eran un pueblo indoeuropeo ni semita. Así lo demuestra su lengua de tipo aglutinante. La difusión de los avances de la cultura de Uruk por el resto de Mesopotamia dio lugar al nacimiento de la cultura Sumeria. Estas técnicas permitieron la proliferación de las ciudades por nuevos territorios. Estas ciudades pronto se caracterizaron por la aparición de murallas, lo que parece indicar que las guerras entre ellas fueron frecuentes. También destaca la expansión de la escritura que saltó desde su papel administrativo y técnico hasta las primeras inscripciones dedicatorias en las estatuas consagradas de los templos. Pese a la existencia de las listas reales sumerias la historia de este período es relativamente desconocida, ya que gran parte de los reinados expuestos en ellas tienen fechas imposibles. En realidad, estas listas se confeccionaron a partir del siglo XVII A.C. Y su creación se debió probablemente al deseo de los monarcas de remontar su linaje hasta tiempos épicos. Algunos de los reyes son probablemente reales pero de muchos otros no hay constancia histórica y otros de los que se sabe su existencia no figuran en ellas. Cuando Sargón, fundó una nueva capital, Agadé y conquistó el resto de ciudades sumerias, venciendo al rey de Umma, creando el primer gran Imperio que marcó el inicio de la decadencia de la cultura e idioma sumerios en favor de los acadios. Tras su caída, la región entera cayó bajo el dominio de esta tribu, quienes se impusieron sobre las ciudades estado de la región, especialmente en el entorno de la destruida Agadé. Las crónicas sumerias los describen constantemente de forma negativa, como horda de bárbaros, pero es posible que la realidad no fuese tan negativa, pues en algunos centros se produjo un verdadero florecimiento de las artes. Es el caso de la ciudad de Lagash, especialmente durante el gobierno del patesi Gudea. Además de la calidad artística, se utilizaron materiales provenientes de regiones lejanas, madera de cedro del Líbano o diorita, oro y cornalina del valle del Indo, lo que parece indicar que el comerció no se debió ver especialmente lastrado.

Las ciudades meridionales, más alejadas del centro de poder guti, compraban su libertad a cambio de importantes tributos, Uruk y Ur prosperaron durante sus IV y II dinastías.Uno de los generales de Utu-hegal, Ur-Nammu (que reinó en 2113-2095 A.C.), fundó la III Dinastía de Ur. Además de ser un jefe militar victorioso, también fue reformador social y creador de un código legal que antecede al Código de Hammurabi babilónico en casi tres siglos. El hijo de Ur-Nammu, Shulgi (que reinó en 2095-2047 A.C.) fue un soldado de éxito, hábil diplomático y mecenas de la literatura. Durante su reinado florecieron las escuelas y academias del reino. Antes de que comenzara el II milenio A.C., los amorreos, nómadas semíticos del desierto al oeste de Sumer y Acad, invadieron el reino. Poco a poco consiguieron el control de ciudades tan importantes como Isin y Larsa. El posterior desorden político y confusión provocaron que los elamitas atacaran (2004 A.C.) Ur y apresaran a su último gobernante, Ibbi-Sin (que reinó en 2029-2004 A.C.). Durante los siglos siguientes a la caída de Ur, se produjo una amarga lucha interna por el control de Sumer y Acad, primero entre Isin y Larsa, y después entre Larsa y Babilonia. Hammurabi de Babilonia derrotó a Rim-Sin de Larsa (que reinó hacia 1823-1763 A.C.) y se convirtió en gobernante exclusivo de Sumer y Acad, marcando de este modo el final del estado sumerio. Sin embargo, la cultura sumeria fue adoptada casi en su totalidad por Babilonia. Según una tablilla conmemorativa fue Utu-hengal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 A.C.

derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho ya que poco después el rey de Ur, Ur-Nammu, consiguió la hegemonía en toda la región con la llamada III dinastía de Ur o Renacimiento sumerio. El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador. Esta influencia se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar reyes de Sumer y Acad. A Ur- Nammu le sucederá su hijo, Shulgi que combatió contra Elam y las tribus nómadas de los Zagros. A éste le sucedió su hijo Amar-Suen y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin y después otro Ibbi-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, provenientes de Arabia, se hicieron especialmente fuertes y en el 2003 A.C. caería el último imperio predominantemente sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine y posteriormente Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.

Arqueológicamente, antes de mediados del siglo XIX D.C. Se desconocía la existencia del pueblo y lenguaje sumerios. Las primeras excavaciones importantes que condujeron al descubrimiento de Sumer se realizaron (1842-1854) en yacimientos asirios como Nínive, Dur Sharrukin (ciudad construida por Sargón II hacia el 706 A.C.) y Calach por los arqueólogos franceses Paul Émile Botta y Víctor Place. Los arqueólogos británicos Austen Henry Layard y sir Henry Creswicke Rawlinson, y el arqueólogo iraquí Hormuzd Rassam.

Se descubrieron miles de tablillas e inscripciones que databan del I milenio A.C. La mayor parte escritas en acadio. De este modo, los estudiosos creyeron en un principio que todas las inscripciones cuneiformes mesopotámicas estaban en lengua acadia. Sin embargo, Rawlinson y el clérigo irlandés Edward Hincks realizaron un estudio de las inscripciones y descubrieron que algunas no estaban en lengua semítica. En 1869 el arqueólogo francés Jules Oppert sugirió que el nombre sumerio, procedente del título real rey de Sumer y Acad, que aparecía en numerosas inscripciones, se aplicara al idioma.

A finales del siglo XIX y principios del XX, se realizaron excavaciones en Lagash por parte de arqueólogos franceses que trabajaban bajo los auspicios del Louvre, y en Nippur por estadounidenses bajo los auspicios de la Universidad de Pennsylvania. Las excavaciones francesas de Lagash se llevaron a cabo desde 1877 a 1900 por Ernest de Sarzec, desde 1903 a 1909 por Gaston Cros, desde 1929 a 1931 por Henri de Genouillac, y desde 1931 a 1933 por André Parrot. La excavaciones de Nippur fueron dirigidas (1889-1900) por John Punnett Peters, John Henry Haynes y Hermann Vollrat Hilprecht. Desde 1948, se llevaron a cabo una serie de investigaciones por parte de arqueólogos que trabajaban bajo los auspicios de la Universidad de Pennsylvania, el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago y las Escuelas Norteamericanas de Investigación Oriental (después de 1957 completamente con la dirección bajo los auspicios del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago). Otras excavaciones se han realizado en Kis, Adab, Erech, Eridú, Eshnunna, Jemdet Nasr, Shuruppak, Tutub, Ur y en el tell de El-Obeid. La ciudad de regadío de Kis, situada a 13 kilómetros al este de Babilonia en el río Éufrates, fue una de las más importantes de Sumer. Las intensas excavaciones desde 1922 han descubierto una inestimable colección de objetos de cerámica. Los arqueólogos también han desenterrado los templos de los reyes neobabilonios Nabucodonosor II y Nabonidus (que reinó en 556- 539 A.C.) así como el palacio de Sargón en Acad, cuyas ruinas datan desde el III milenio A.C. hasta aproximadamente el año 550 A.C. A primera vista, Mesopotamia no parece una buena región agrícola pues su clima es seco y caliente. Sin embargo, cuando llega la época de las lluvias y el hielo se derrite en las lejanas montañas del norte, los ríos Tigris y Éufrates crecen e inundan las llanuras. Las obras de riego y almacenamiento permitieron controlar las inundaciones y establecer una de las zonas de cultivo más grandes y productivas del mundo antiguo. La civilización de Mesopotamia no fue obra de un solo pueblo. A lo largo de 4 mil años, pueblos de distintos orígenes dominaron la región y fundaron reinos y ciudades deslumbrantes. El agua de los ríos fue aprovechada mediante complicados sistemas de canales, que hicieron posible el cultivo de miles de hectáreas. La alta producción agrícola y la necesidad del trabajo colectivo provocaron una mayor concentración de la población, el aumento de la riqueza y el desarrollo del comercio en gran escala con regiones alejadas. Cuando la historia comienza, la mezcla de semitas y sumerios, que se ha efectuado ya hace mucho tiempo, provoca que la religión no escape a esa mezcla. No nos encontramos frente a una religión sumeria en estado de pureza, sino impregnada de semitismo. Pero, como tampoco conocemos religión semítica de ese tiempo que esta exenta de influencias, la desintegración de creencias es difícil de realizar.

Comparando la religión sumeria con países asiáticos poco semitizados (Asia menor por ejemplo) se pueden reconstituir los cultos primitivos de la mesopotamia así como por las investigaciones de las religiones de países semitas no contaminados de asianismo, (como por ejemplo Arabia). Pudiendo extraerse los rasgos esenciales de las religiones semiticas.

Los sumerios parecen haber representado a sus dioses, desde el principio, con forma humana, les dieron atributos capaces de reconocer su imagen y hasta llegaron a representarlos únicamente por sus símbolos. La naturaleza exacta de estos dioses se nos revela principalmente en los signos que se les consagran, en los epítetos que acompañan su nombre cuando se les invoca, y en los nombres propios de las personas, que con frecuencia son teoforos, es decir que tienen el nombre de una divinidad en su composición. Se ve así aparecer entre los sumerios la personalidad de Innana, diosa de fertilidad y fecundidad que preside el acrecentamiento de la familia y el ganado, entre sus atributos tiene una especie de vara encorvada, parte constitutiva de las chozas primitivas, que simbolizan las casas y los rediles. El gran dios lleva en las manos ramas hojosas y floridas, y esta simbolizado por la espiga. Mas adelante, la diosa tomó como atributo al león, el dios principal al toro, y el dios joven, en quien se reconoce a Tammuz, tiene al caprino. En esos momentos se siente la influencia de Siria, cuyas divinidades asiáticas destilan, por así decir sobre las del sur, pero las fuerzas fertilizantes están sujetas a ciclos, la vegetación muere en invierno para renacer en primavera. Las religiones asiáticas han imaginado la muerte del dios de la vegetación, seguida de su resurrección después del invierno y con frecuencia, como en Asia occidental no es el frío sino la sequedad del verano lo que destruye todo el verdor, distinguieron el sol de la mañana y la primavera que calienta la tierra, del sol implacable de medio día, que todo lo que quema y que engendra las epidemias. En la mesopotamia del Nergal, el dios de los infiernos y de la peste, es la muerte anual del dios que se rememora con mitos y también con fiestas. En mesopotamia, con la de los dioses Dumuzi Tammuz y Gizzida, durante las cuales sé vestía de luto y se elevaban lamentaciones litúrgicas, en Siria con las celebres fiestas de Adonis, entre los hititas, con el mito de telepinu durmiente, despertado por las abejas. La tradición sobrevivió entre los acadios, Marduk, el dios de babilonia se conservo como dios de fertilidad, y uno de sus emblemas es el asar carne. Cada año el dios desaparece, el pueblo y los sacerdotes se lamentan, y luego todos se regocijan por su regreso, después de lo cual se celebra la unión de Marduk con la diosa de la fecundidad.

Los ritos que describen el ceremonial de esta fiesta de año nuevo, llamada akitu, dan la impresión de que tales episodios eran representados a la manera de los misterios medievales. Otra consecuencia de estos cultos es la creencia en la estrecha concordancia entre el cielo y la tierra, y en la influencia de todo acto cumplido por los hombres para provocar su replica en el mundo de los dioses, y viceversa. Por eso se celebraba la unión mística pero también carnal del dios y la diosa, representados sea por sus estaturas y por su cuerpo sacerdotal. Es allí sin duda donde hay que buscar el origen de las prostituciones sagradas, costumbres tan extendidas en la mesopotamia como en Siria y Asia menor, las plegarias y los himnos insisten en el carácter vital de las divinidades primitivas, repiten que los dioses presiden la creciente, que mandan en las fuentes, que toda vida emana de ellos.

Algunas divinidades secundarias heredan tal o cual de sus caracteres, Tales precisiones, que no hacen sino ocultarnos la idea de lo divino, no deben ocultarnos, un hecho especial, la multiplicidad de las figuras del panteón Sumerio, y posteriormente sumerio acadio es en parte ilusoria, pues muchas de ellas son solo aspectos, apenas diversos de un mismo principio. Se las puede reducir a una cantidad sensiblemente menor, como los mismos escribas mesopotámicos trataron de hacerlo en sus comentarios, advirtiéndonos que tal dios es en realidad tal otro.

Nos es más difícil percibirlo en la mesopotamia donde los nombres difieren mucho, más que en la región de los Hititas, en que abundan las variedades del mismo dios, distinguidas por el nombre de las ciudades que lo honran. Hubo más aun, los semitas se asimilaron el país de Sumer y con ese respeto instintivo que tienen los poderosos por las instituciones de los vencidos cuando se sienten inferiores a estos, conservaron el Sumerio como lengua sagrada y litúrgica, adoptaron sus dioses, cuyos nombres tradujeron, no siempre abandonando el concepto del dios que había vaciado de sus sustancias al designarlo con otro vocablo, con lo cual aumento el numero de divinidades diferentes en apariencia pero semejantes en el fondo. Entonces, en tiempos de la primera dinastía babilónica, el clero se esforzó por introducir orden en aquel desorden. Clasifico los dioses en una familia, y quedaron como grandes dioses los siguientes Anu, dios del cielo Enlil el dios de la tierra, Enki-ea, dios de las aguas, especialmente de las del abismo sobre el cual se creía que flotaba la tierra, Nergal, señor de los infiernos. Seguían los dioses de los astros sin la luna, Shamas, el sol, Ishtar, el planeta Venus, luego en Ninurta el dios de la guerra, Marduk, promovido a la primera jerarquía por los babilónicos, así como Assur se convirtió en el gran dios de los asirios y Nabu, que presidía las letras. Así es que contamos una cantidad de dioses secundarios provenientes con frecuencia del panteón sumerio y de Dioses buenos y malos teniendo con frecuencia origen semidivino. En todo esto, los principios de fecundidad e infertilidad estarían bastante ausentes si no fuera por Ishtar, que era la misma Innana sumeria y a la que ciertos textos dan como esposa de varios dioses y otros como cortesana de los dioses, cuyos caracteres agrícolas la aproximan a la osiris egipcia, y por dioses como Ningirsu (transformado en Ninurta), de carácter doble como la misma Ishtar, que era a la vez diosa de la vida y señora de los combates. En esta frondosa complejidad, parece que el culto de los astros, cuyo avance fue tal que todos los dioses quedaron asimilados a estrellas o constelaciones, es atribuible a los sumerios. Originalmente parecería que la sociedad sumeria agrupaba las aldeas y ciudades alrededor de las más grandes, para formar ciudades estado controladas por un consejo de senadores y hombres jóvenes de rango militar bajo el liderazgo de un rey. Se pensaba que el gobierno humano reflejaba en la tierra lo que acontecía en el cielo. El Rey no era sino el viserregente del dios principal de la ciudad quien lo instalaba en el cargo y le exigía que diera cuenta de su mayordomía en el mismo como dispensador de la ley y la justicia. Posteriormente el Rey gobernó a través de gobernadores provinciales y mediante ciertas ciudades designadas para controlar la economía en sus relaciones con los nómadas circundantes. El idioma Sumerio, es de carácter aglutinativo, y totalmente diferente de la lengua semita de los babilonios en el norte de Mesopotamia. Este idioma, sin relación conocida con ningún otro, ha sido asignado al grupo inclasificable de lenguas turanias, su vocabulario ha sido sin embargo, descifrado en gran parte mediante los silabarios y listas de nombres.

“En la actualidad se está preparando un diccionario sumerio, del que ya se ha publicado el primer volumen, editado por Ake W. Sjoberg y Eric Leichty (Universidad de Pennsylvania).

Los sumerios emplean el sistema de escritura cuneiforme, que seria mas adelante adaptado por babilonios y asirios a sus propios idiomas. En lengua sumeria se han descubierto multitud de tabletas, en Uruk, Ur y otras ciudades, entre las que se hallan fragmentos de diccionarios bilingües, vocabularios e incluso ejercicios de estudiantes. También se halla entre estos textos el código legislativo más antiguo, del rey Ur-Nammu, que fue el primer monarca de la tercera dinastía de Ur. También se hallan tabletas con formulas de ungüentos y jarabes para el tratamiento de enfermedades, un almanaque de agricultura y las primeras fábulas conocidas con intervenciones de animales, antiquísimas precursoras de las Esopo.

“Vete, sal de aquí, parálisis/ como la ventosidad que el ano suelta/ como la orina que de la entrepierna gotea", es uno de los conjuros sumerios con los que hace 4 mil años se "sanaba" la paraplejia, según la investigación de una filóloga alemana que los ha traducido por primera vez. Bárbara Böck, contratada por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España en 2002, explicó hoy a Efe que desde finales de los años 90 trabaja en la traducción de tablillas de arcilla sumerias y acadias con "recetas" conservadas en los museos británicos de Londres y Vorderasiatisches de Berlín. En ese tiempo Böck se ha ocupado de traducir 30 tablillas ya conocidas y 50 más cuyo contenido era inédito. "Es como hacer un rompecabezas del que desconoces el número de piezas que tiene", afirma.

En algunas tablillas se facilitaba al paciente información sobre su enfermedad, pero en otras sólo se le proporcionaba el conjuro o tipo de masaje que iba a "sanarle", porque le provocaría la expulsión del cuerpo del "demonio" que producía el mal. En el conjuro para la parálisis, que nunca había sido traducido, se dan órdenes al "demonio", que en este caso tenía que salir del cuerpo como un fluido corporal impuro. Quizá por eso hace referencia a todas las "posibilidades": "sal de aquí, como la leche materna que de la mama emana/ como el sudor que el cuerpo transpira/ como las gotas de sudor que en la frente se forman/ como la ventosidad que el ano suelta/ como la orina que de la entrepierna gotea,/ como el eructo que la garganta expele,/ como el moco que la nariz produce y como el cerumen que el oído segrega". Los "sanadores" se vestían de pez porque ese era el símbolo de Ea, el dios de la magia, y recitaban o aplicaban su "tratamiento", preferiblemente en dos fechas de finales de agosto, porque creían que era en esos momentos cuando se podía entrar en contacto con el más allá. Si el tratamiento consistía en masajes, que se daban desde el torso hacia las extremidades, al final se colocaban amuletos en las muñecas y los tobillos, para evitar que el "demonio" entrase de nuevo en los pacientes a través de los miembros.

Así se trataba, por ejemplo, la "mano del espíritu de la muerte", un mal al que hacían responsable de las migrañas, la parálisis, la locura y los problemas gastrointestinales. Böck no tiene "ninguna constancia" de que los masajes o los conjuros tuvieran efecto, pero cree que debieron "tener algún éxito porque la palabra curativa tiene efectos calmantes".

Además de conjuros, hay tablillas con información precisa de cómo hacer masajes para aliviar migrañas, facilitar el parto o combatir el agotamiento, y en todos ellos se empleaban aceites de plantas medicinales y aromáticas. "Son iguales, exactamente, que las terapias que se emplean actualmente, sólo el concepto que hay detrás ha cambiado totalmente y ya no son demonios a los que hay que exorcizar", señaló la investigadora.

Las tablillas con los signos cuneiformes se hallaron en yacimientos de la antigua Mesopotamia: Ur, Uruk, Babilonia y Sippar, en el sur, o Asur, Nínive, Nimrud o Sultantepe

(Actual Turquía). Las copias más antiguas están fechadas a principios del segundo milenio antes de Cristo y la más reciente es del siglo III a.C. Además de las tablillas, Böck ha tenido como principal fuente de investigación un libro de encantamientos escrito en sumerio y acadio, titulado Mushu'u (Masajes, en castellano), donde hay más de 50 conjuros que acompañan el tratamiento. También ha encontrado otras técnicas terapéuticas en un libro en lengua acadia, con 45 textos médicos.”

Tenemos infinidad de leyendas e himnos sumerios, que nos dan una idea de cómo debieron haber vivido y como era la cultura de los sumerios.

"Beroso, en su libro primero sobre la historia de Babilonia, nos informa que vivió en la época de Alejandro, el hijo de Filipo, y cita que se conservaban con el mayor cuidado en Babilonia documentos escritos, que abarcaban un periodo de quince miríadas de años. Estos escritos contenían la historia de los cielos y del mar, del nacimiento de la humanidad, también la de aquéllos que tenían regla soberana y de las acciones alcanzadas por ellos. Y en primer lugar, describe a Babilonia como un país situado entre el Tigris y el Éufrates.

Menciona que abundaba en el trigo, la cebada, el ocrus y el sésamo, y que en los lagos se encontraban las raíces llamadas gongae, que eran buenas para comerlas y eran, respecto a nutrición, como la cebada. También había palmeras y manzanos y muchas clases de frutas; peces y también aves, tanto de paso como acuáticas. La parte de Babilonia que limitaba con Arabia era árida y no tenía agua, pero la que daba al otro lado tenía colinas y era fructífera. En Babilonia había (en aquellos tiempos) gran variedad de personas de distintas naciones, que habitaban Caldea y vivían sin orden ni concierto, como las bestias del campo. En el primer año hizo su aparición, de la parte del Golfo Pérsico que bordea a Babilonia, un animal dotado de razón, que se llamaba Oannes. Todo el cuerpo del animal era como el de un pez, y tenía debajo de una cabeza de pez otra cabeza y también pies abajo, como los de hombre, subunidos a la cola de pez. Su voz y también su lenguaje eran articulados y humanos. Este ser, durante el día solía conversar con los hombres, pero no tomaba ningún alimento en ese tiempo y les enseñaba letras y ciencias y toda clase de artes. Les enseñó a construir casas, fundar templos, a recopilar leyes y les explicó los principios de la geometría, Les enseñó a distinguir las semillas de la tierra y a recoger frutos. En poco tiempo les instruyó en todo cuanto pudiera tender a suavizar los modales y humanizar al hombre. Desde aquel entonces, tan universales fueron sus enseñanzas, que nada se ha añadido para mejorarlas. Cuando se ponía el sol, este ser tenía la costumbre de sumergirse de nuevo en el mar y permanecer toda la noche en su profundidad, pues era anfibio..."

Abydenos, en otra de las leyendas que podemos incluso encontrar en el antiguo testamento nos menciona, sobre la lengua única original:
"De la torre de Babel dicen que los primeros habitantes de la Tierra, para glorificar su propia fuerza y tamaño, y despreciando a los dioses emprendieron el alzamiento de una torre cuya cima había de alcanzar el cielo, donde ahora se levanta Babilonia. Pero, cuando se acercaba al cielo, los vientos ayudaron a los dioses y derribaron la obra sobre sus autores, y se dice que sus ruinas están en Babilonia. Y los dioses introdujeron diversidad de lenguas entre los hombres, quienes hasta entonces habían hablado toda la misma lengua, y estalló una guerra entre Cronos y Titán. Pero el lugar donde habían construido la torre ahora se llama Babilonia, a causa de la confusión de las lenguas, porque los hebreos llaman Babel a la confusión".

En el tercer siglo A.C. el sacerdote babilónico Beroso escribió también una historia de Babilonia que describía la duración de los reinados de los reyes del período neobabilónico (de Nabopolasar a Nabónido). Otro historiador, astrónomo y escritor, Claudio Ptolomeo, estableció una lista de reyes y fechas de la misma época, aunque ahora sólo hay fragmentos mínimos, abstracciones, o huellas, que nos han llegado y hoy tenemos que consultar una traducción moderna en latín de una traducción armenia del original en griego, para poder entender las narraciones. A pesar de todo, la coincidencia entre Beroso y Ptolomeo en las listas de reyes induce a pensar, que Beroso era fiable. Naturalmente, nos falta desentrañar muchas leyendas, e identificar la verdad que transmiten, pues a la luz de una mayor comprensión y conocimientos tecnológicos, debemos evitar en caer en los múltiples enfoques esotéricos, para los que se han utilizado y utilizan frecuentemente estas informaciones históricas, dándoles el calificativo de mitos.



Antes que nada hay que tener en cuenta que los sumerios poseían las cualidades y aptitudes necesarias para el desarrollo de la ciencia, entre las que se encontraba una curiosidad insaciable que les impulsaba a registrar en tablillas toda clase de fenómenos en los terrenos mas diversos y a recoger las especies de animales y plantas mas raras de las tierras mas lejanas. Aunque el sistema de razonamiento que empleasen diste mucho del hombre actual, siendo su método complicado y arbitrario en extremo, sentaron las bases para que posteriores civilizaciones, como en este caso la griega, madre del pensamiento moderno, desarrollaran el elenco de conocimientos y realidades que tan palpables son hoy en día.

Tanto la ciencia como el arte sumerio, se basó casi enteramente en bases puramente empíricas, es decir, basadas en la experiencia, en las que el ensayo y la paciencia eran la base fundamental y la justificación religiosa o mágica como la única explicación válida, ajustándose sus obras en la mayor parte de las ocasiones a los gustos, necesidades y exigencias de su época o en consecuencia del poder dominante o espiritual. No se puede considerar a los sumerios como unos grandes creadores o inventores, si no que más bien perfeccionaron los campos que ya dominaban ajustándolos a sus costumbres y necesidades.

Se trataba, además, de un saber elitista y cerrado, restringido a determinados círculos, dada la enorme complejidad que presentaba el uso de la escritura cuneiforme como instrumento decomunicaciónydifusióndelosconocimientos.

Fueron capaces de clasificar sus descubrimientos mediante largas listas lexicográficas, que abarcaban el mundo vegetal, animal y mineral, las cuales darían paso a los primeros diccionarios y consecuentemente a la floración de las diferentes ciencias como las conocemos hoy en día (Geografía, Mineralogía, Química, Botánica, etc.).

Como excavaciones importantes que den una idea del grado cultural al que pudo llegar Sumer, tenemos a Ebla, en la que en sus ruinas se localizaron millares de fragmentos de las tablillas que formaban un archivo de provisiones y tributos, casos legales, diplomáticos, contactos comerciales y un scriptorium con textos copiados por aprendices. Las tablillas fueron originalmente almacenadas en estantes, pero cayeron al suelo cuando el palacio fue destruido, se llegaron a encontrar mas de 20.000 tablillas cuneiformes datadas alrededor del 2250 A.C. Debido a las necesidades para el control administrativo de los templos y palacios, se dieron los primeros pasos en la Matemática y Geometría, En Aritmética utilizaron el sistema numérico sexagesimal, tanto para números enteros como para los fraccionarios, desconociendo el significado de la cifra cero. Utilizaron entre otros, multiplicaciones, divisiones, raíces cuadradas, exponenciales y hasta simples ecuaciones o números pitagóricos, aunque no han llegado hasta nosotros tratados de carácter teórico en los que se expongan ordenada y coherentemente los principios y conceptos que subyacen o podrían deducirse de tan impresionante acumulación de material. Debido también a la necesidad de calcular superficies y volúmenes, utilizaron también la Geometría, unida también a un sistema sexagesimal. Los conocimientos matemáticos se aplicaron también a la observación y estudio de los cuerpos celestes, aunque solo ha llegado la lista con los nombres de unas 25 estrellas y de los cambios estacionales de la naturaleza. Los sumerios basaron su calendario en los cambios de la luna, así estructuraron meses lunares de 29 o 30

Días y como cada 12 meses se llegaba a lo que parecía ser de nuevo la misma estación, de esta manera se obtuvo el año sumerio por la suma de los 12 meses lunares. Cada uno de estos doce meses recibió un nombre de acuerdo con las actividades agrarias o las fiestas religiosas que durante ellos se celebraban en las diferentes ciudades. Ello provocó que los nombres del calendario no tuviesen una nomenclatura unitaria hasta la época del rey Babilónico Hammurabi, que adaptó los nombres del calendario de Nippur, la ciudad sagrada sumeria. Puesto que los años acababan siendo de 354 o 360 días al cabo de los años no regulaban exactamente los meses con las estaciones, por lo que se hubo de recurrir a unos días lunares complementarios que se agruparon en un solo mes complementario, que se añadió cada seis años, evitándose así los desfases entre calendario y realidad. El año fue dividido en dos estaciones, el verano o emeesh, que comenzaba en febrero-marzo y el invierno o enteen, que lo hacía en septiembre-octubre. El día sumerio comenzaba en el ocaso (como en el Génesis) y tenía una duración de doce horas dobles, seis horas dobles de día y seis horas dobles de noche, a su vez el día sumerio se dividía en 6 relojes, cada uno con dos horas de duración, siendo la duración de la hora sumeria variable, en concordancia con la estación en la que se encontrasen. Para medir el tiempo los sumerios utilizaron el reloj de agua y tal vez, el reloj de sol. Todos estos descubrimientos han sentado las bases de lo que hoy en día es básico y necesario para la humanidad. Finalmente los Sumerios fueron también los iniciadores del Zodiaco, aunque ellos en realidad lo utilizaban como un instrumento astronómico, que les permitía hacer conversiones entre el tiempo en la tierra y el tiempo de lo Dioses y para dividir en eras el tiempo de reinado de cada uno de sus Dioses y evitar conflictos entre ellos (el Zodiaco fue entregado por los Dioses a los sumerios, como ellos lo hacen constar), definitivamente los Sumerios no estarían complacidos con el uso bizarro y deformado que hacemos del zodiaco para “poner” cualidades al carácter de las personas nacidas bajo sus signos o “predecir” situaciones y números de la suerte. Esto no es mas que obra de charlatanes aprovechados de personas ignomitas, quienes creen que esta sarta de blasfemias son en realidad una ciencia llamada Astrología. Así es que aunque esto es también una contribución de los sumerios, era necesario hacer dicha observación.

“La astrología no es una disciplina científica, ni una ciencia, ni hace uso del método científico. La crisis religiosa y la contraposición de algunas personas contra la ciencia durante los siglos XIX y XX han logrado mantener la cifra de adeptos en esta creencia, cuya historia se prolonga desde antiguo y aún permanece vigente. En este sentido, religiones como la católica son muy críticas con la astrología y condenan su práctica o incluso su creencia. Esto se debe a que existen muchas personas mediamente religiosas (a veces no muy practicantes), que suelen creer a la vez tanto en su religión como en la astrología. El auge de movimientos como la teosofía o la New Age, vino a cubrir el hueco que dejaron los rosacruces y otros grupos de índole esotérica.”



Las implicaciones que el caso de estudio pudiera tener a nivel local son en cuanto a la implantación de códigos de justicia impuestos por los sumerios, que aunque con ciertas modificaciones, nos llegan hasta nuestros días. Un ejemplo de esto es el código de Hamurabi, fue el primer código legal de la historia. Su contenido es posible conocerlo, gracias al hallazgo, por parte de arqueólogos franceses en 1902, de una losa de basalto (estela), donde están escritas las normas con caracteres cuneiformes, en lengua acadia. El descubrimiento fue realizado en Susa, Persia, lugar al que fue conducido como trofeo de guerra por los elamitas en el siglo XII A.C. Y se conserva actualmente en el Museo del Louvre, en París. Mide casi 2,40 m. de altura y posee 3.600 líneas. Su importancia radica en establecer la aplicación de sanciones por parte de un organismo estatal específico, reemplazando la venganza privada y compilando las costumbres de los sumerios. La imagen de un rey erguido, recibiendo del dios Ashmash, dios del Sol y la justicia, las reglas a cumplir, consta en la parte superior, seguida de un prólogo, 282 leyes y un epílogo, donde se regula la vida social y económica en todos sus aspectos, estableciendo un riguroso e implacable sistema penal. El prólogo explica los motivos que lo inspiran a la redacción de este sistema de leyes, y comienza así:
“Cuando Anu y Enlil, señores del cielo y de la tierra, que determinan los destinos del mundo, entregaron a Marduck, hijo de Ea, el dominio de la humanidad; cuando ellos lanzaron el nombre de Babilonia y lo hicieron grande hasta los cuatro ángulos de la tierra…, me llamaron a mí, Hammurabi, el príncipe excelso, el que honra a los dioses y hace prevalecer la justicia sobre el suelo para destruir el mal, para que el fuerte no abuse del débil, y para que yo pueda, como Ashmash, levantarme sobre los hombres de cabeza negra, para mejorar la tierra y llevar la bendición a los humanos…”

Los castigos eran muy crueles, estableciéndose, por lo general la conocida “Ley del Talión” que significaba “ojo por ojo, diente por diente”, o sea que quien cometía un delito sería sancionado con un padecimiento similar al daño ocasionado. Por ejemplo: “Si un hombre destruye el ojo a otro hombre, se le destruirá el ojo”, “Si un hombre destruye el hueso a otro hombre, se le romperá un hueso a él”, “Si un hombre hace un agujero delante de una casa para entrar a robar, se le matará y enterrará delante del agujero”, “Un falso testimonio sobre grano o moneda se castigará con pagar la cantidad que él ha acusado a otro” La pena de muerte era frecuente aún para delitos menores, como la vagancia. Sin embargo, llegó a distinguir entre el homicidio intencional y el accidental.

Había igualdad ante la ley relativa, atento a la existencia de una sociedad profundamente jerarquizada, donde la protección legal no alcanzaba en modo alguno al último escalón, compuesto por los esclavos (wardum), cuya posición provenía de las guerras o por deudas impagas. Establecía por ejemplo, “Si un hombre encarcela a otro por deuda, y éste muere en casa del acreedor, no hay razón de más disputa”. Sin embargo, siendo los esclavos propiedad de un dueño, el atentado contra su físico ocasionaba un daño susceptible de ser reparado aunque con valor menor. Así se establecía, “Si un hombre destruye o rompe un hueso de un esclavo, pagará media mina de plata”. El mismo daño, ocasionado a un liberto (esclavo que ha recuperado su libertad) determinaba una condena de una mina de plata.

Con respecto a la familia, si bien las normas eran sumamente estrictas y establecían la superioridad del hombre, existió respeto hacia la figura femenina. Se disponía en algunas de las setenta disposiciones sobre este tema, “Si un hombre toma esposa, y no ha hecho contrato, el matrimonio no es legal”, “Si se sorprende a la esposa de un hombre acostada con otro hombre, se atará a los dos adúlteros y se los echará al río. El marido tiene derecho a perdonar a la esposa y el rey puede también salvar al hombre”, “Si un hombre ha abusado de una virgen que vive con su padre, él será condenado a muerte y ella quedará libre”, “Si un hombre acusa sin pruebas mujer de haber dormido con otro hombre, ella puede justificar su inocencia con un juramento e irse a casa de su padre”. Un poco más protegidos estaban los trabajadores, que dependían del Templo o del Palacio (mushkenum) y por encima de ambas categorías estaba la de los awilum constituida por la burocracia real, los oficiales del ejército y los propietarios de tierras. A nivel mundial, e internacional esto aplica para los códigos penales de muchos países y vale destacar que en algunos países árabes o en China, este código parece seguir utilizándose al pie de la letra. También tiene implicaciones algunos de los inventos sumerios como el calendario, zodiaco y sistema de conteo.



Recomiendo no olvidar que los registros sumerios nos han llegado a nuestros días principalmente por la invención de la escritura, que fue un largo proceso que se completó con el paso de los años y no es como la nuestra. Sin embargo las historias que ellos narran nos llegan con mucho menos tergiversación que el antiguo testamento o que nuestra historia oficial. La sedentarización del hombre hizo necesaria la utilización de algún sistema para que quedasen grabadas permanentemente situaciones diarias que debían preservarse (contabilidad de alimentos, clasificado, etc.), pero lo interesante es el analizar para que debían ser preservados. Todo esto surgió por primera vez en Súmer hacia la mitad del cuarto milenio, alcanzando este sistema de escritura una longevidad notable, llegando a usarse incluso hasta el siglo I D.C. Estos registros, tratan de comunicarnos mensajes, que es lo que recomiendo analizar y tratar de entender. No podemos pasar por alto que la escritura cuneiforme (traducción del latín, cuña, debido a que se grababan con la punta de una caña sobre tablillas de barro, siendo un conjunto de signos que en un principio resultan muy rudimentarios ya que solo se transcriben ideogramas, para mas adelante pasar a unos signos mucho mas complejos, formados por rectas escalonadas, que transmitirán fonogramas), no transmite al pie de la letra como lo hacemos actualmente en el castellano sino que es en realidad una escritura mucho mas avanzada pues transmite las ideas de una forma si bien no tan detallada si mucho más rápida. Es en realidad muy similar al sistema de escritura japonés “Kanji.”

Los kanji ( kanji, literalmente carácter Han), son los caracteres chinos utilizados en la escritura de la lengua japonesa Dentro del proceso de consolidación del lenguaje japonés, a la par de un desarrollo de alfabeto silábico, se adoptó el sistema ideográfico chino para expresar la lengua. El uso de los kanji es una de las tres principales formas de escritura japonesa, los otros dos son hiragana y katakana, agrupados como kana. Los kanji son utilizados para expresar sólo conceptos, a diferencia de su uso en el chino, donde pueden ser también utilizados en su carácter fonético. A un kanji corresponde un significado y se usa como determinante de la raíz de la palabra, las derivaciones, conjugaciones y accidentes se expresan mediante el uso de kana (en especial de hiragana) con el nombre de okurigana.

De esta forma conviven tanto el sistema de escritura autóctono (pero derivado de la misma escritura han) y el sistema importado. Un kanji puede tener diferentes pronunciaciones, o lecturas, dependiendo del contexto, uso en combinación, y su localización en la oración.

Algunos kanji comunes tienen diez o más posibles lecturas. Estas lecturas son categorizadas en las derivadas del chino, on'yoi ó en la lectura nativa kun'yomi. Comúnmente se usan dos lecturas, una de kun'yomi y otra de on'yomi con sus alteraciones fonéticas accidentales. La manera que se lee un kanji depende del contexto y de dos generalidades (en las cuales hay muchas excepciones).Una palabra de un solo kanji o seguida de okurigana, se lee como kun'yomi. Tal es el caso de los verbos, por ejemplo 'ver' (miru), tiene un okurigana que le da lectura japonesa.

Una combinación de kanji en una palabra da una lectura on'yomi. Es el caso del kanji del 'campo de arroz' (ta) que cuando se usa en combinación con otro, se lee 'da', como en honda.”

Los signos cuneiformes oscilaron de entre el 2000 de la época mas antigua al 600 en la mas moderna, llegándose en muchos casos a la igualdad signo palabra, debido en gran parte al carácter monosilábico de la lengua, la cual estaba formada por seis vocales y quince consonantes. Con el tiempo se recurrió a la polifonía y a la polisemia, en virtud de las cuales una palabra podía ser leída e interpretada de diferentes maneras o incluso diferentes palabras conceptos, ser grabados en un mismo signo. Es por lo tanto importante recordar que las traducciones representan ideas y situaciones que no tiene nada de esotéricas o divinas sino que eran hechos que los sumerios daban por verdades y sucesos cotidianos, que deseaban preservar para la posteridad.



Cuando en 2003, las fuerzas multinacionales invadían Irak para democratizar el país, las fuerzas de ocupación permitieron y facilitaron el expolio que se cernió sobre el patrimonio iraquí. Como en todas las guerras se violaron los tratados como la “Convención de La Haya” de 1954, en lo que se refiere a la protección de tesoros artísticos en tiempos de guerra. No es que defienda el régimen absolutista y antidemocrático del megalomaniaco llamado Saddam Husein, a quien tampoco le importaba rescatar los legados sumerios, pero oficialmente el 80 % de los 170.000 objetos guardados en el museo nacional de antigüedades de Bagdad fueron “robados o destruidos” durante esta acción, aunque en realidad habría grandes intereses arqueológicos y de coleccionistas de antigüedades en el saqueo de estos bienes para su comercialización. Está claro y es evidente que existe un interés económico en el saqueo de las antigüedades iraquíes. Pero, ¿hay un interés oculto tras estas actuaciones aparentemente caóticas?, ¿que interés además del de coleccionar obsesivamente, pueden tener descripciones de una civilización que se desarrolló en esa zona del mundo hace más de 5000 años? Sabemos que la vida sumeria giraba en torno a sus dioses. Estos tenían cuerpo físico y a ojos de los sumerios eran los Anunnaki, literalmente en sumerio “aquellos que vinieron del cielo a la tierra”. Estos dioses instruyeron al pueblo en la construcción de templos en lugares escogidos. Con el tiempo, se desarrollaron diversas confrontaciones bélicas entre los dioses. En la región del Mar Muerto se han encontrado evidencias de una gran confrontación en torno al 2040 a.C. En esta región se conservan aún anomalías radioactivas y la tierra en ese lugar vista desde el espacio da la apariencia de estar literalmente quemada. Un texto sumerio dice:
“En la tierra cayó una calamidad, una desconocida para el hombre, una que no se había visto nunca antes... una gran tormenta del cielo... una tormenta que aniquiló toda la tierra... un viento diabólico como un torrente enfurecido... acompañada de un calor abrasador... durante el día robó a la tierra de su sol reluciente, por la noche las estrellas no brillaban... La gente aterrorizada, no podía apenas respirar... Las bocas se llenaron de sangre... hizo que las casas se abandonaran... los ríos de Sumeria afluían con aguas amargas... los pastos crecían con hierba marchita... Los dioses evacuaron Uruk, se escondieron en las montañas, escaparon más allá de las lejanas llanuras...”.

Las narraciones sumerias se interrumpen en este punto. Los supervivientes sufrieron un retroceso enorme, sumiéndose en el caos y la confusión. Gracias al esfuerzo de los elementos más conscientes de la humanidad, el conocimiento sobrevivió en el mundo, pero como un portentoso pasado olvidado, negado y confundido con esoterismo y charlatanerías, pues es triste que los sumerios sean famosos por el zodiaco, especialmente con el pésimo uso que creemos darle a este “prediciendo el futuro y anteponiendo personalidades”.

La Biblia judía, está escrita sobre conocimientos históricos anteriores a Cristo (especialmente el viejo testamento). En Génesis 6 se habla de los gigantes o Nefilim, en sus versiones más antiguas, aunque hay quien dice qua la traducción al hebreo es incorrecta pues en realidad la biblia judía está refiriéndose a una versión de los Anunaki sumerios. En libros posteriores de la biblia judía vemos cómo el judío extrae conocimientos de los antiguos egipcios. Cuando los egipcios obtuvieron el conocimiento de culturas aún más antiguas, como Babilonia y Sumer. Por ejemplo los diez mandamientos de la biblia judía son una réplica calcada de un pasaje del Libro Egipcio de los Muertos, quienes también mencionan a un Dios nacido de una madre virgen. En definitiva, el descubrimiento arqueológico del mundo antiguo y la traducción de sus tablillas, textos y demás registros, nos mostró que los mayas, los toltecas, los vikingos, los romanos, los griegos y demás culturas antiguas repiten un patrón histórico, que aunque con distintos nombres para sus dioses, enseñan una historia similar. La Biblia judía (el Antiguo Testamento), es un mero calco de historias mucho más antiguas.

“Fue un duro golpe contra el Pentateuco (los cinco primeros libros de la biblia judía), que se confirmó cuando en 1880 el investigador alemán Julius Welhausen publicó Prolegomena to the History of Israel. En él recogía evidencias de que Moisés no pudo escribir esos textos capitales. Welhausen defendía incluso la hipótesis de que estos relatos que hablan de los Elohim, equivalentes a los Anunakis, procedían de fuentes más antiguas, más tarde identificadas con Sumer.



1.- Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág. 29.

2.- Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág 47.

3.- Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág. 58.

4.- Zecharia, Sitchin, El doceavo planeta, Obelisco, 1990.Pág. 12.

5.- Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág. 66.

6.- Bottéro, Jean, La epopeya de Gilgamesh. Barja de Quiroga. Ediciones Akal, Madrid, 1998. Pág.23.

7.- Bottéro, Jean, La epopeya de Gilgamesh. Barja de Quiroga. Ediciones Akal, Madrid, 1998. Pág.35.

8.- Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág 69.

9.- Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág 83.

10.- Zecharia, Sitchin, La guerra de los hombres y los dioses, Obelisco, 1990.Pág.54.

11.-Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág.104.

12.- https://es.wikipedia.org/wiki/Astrolog

13.-Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág.154.

14.-www. Wikipedia/wiki/kanji

15.- Margueron, Jean-Claude, Los Mesopotámicos. Cátedra, Madrid, 1996.Pág.179.


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